Hoy hablaremos del trabajo en la Antigua Grecia. Dentro hilo.
El trabajo tenía diversas consideraciones dependiendo de la clase social. Los nobles solo trabajaban ocasionalmente casi como entretenimiento. Los aristócratas eran terratenientes y vivían de las rentas de sus posesiones.
La labranza la realizaban los colonos y esclavos. Los nobles pasaban el día entrenando para la guerra y despreciaban al pequeño propietario y a los esclavos. Decían que “no saben hacer otra cosa más que obedecer”.
Hesíodo, en su obra “los trabajos y los días”, por lo contrario, afirma que trabajar no tiene nada de vergonzoso. La vergüenza es el que no hace nada. Los pequeños propietarios se muestran orgullosos de que su tierra les permite vivir.
Este sentimiento tan arraigado de la de su tierra y de sus posesiones bien sea grandes o pequeñas se veía reflejado en las guerras. Todos los ciudadanos, ricos y menos ricos, luchaban codo con codo cuando su polis lo requería para defender su tierra.
En la ciudad, en la escala más baja, estaba el obrero profesional. Este no trabaja por placer sino por necesidad y recibía el nombre de artesanos o demiurgos.
Eran profesionales liberales en diversas actividades: zapateros, carpinteros, médicos, adivinos,… Los obreros industriales se les llamaba tékton y si eran especialmente hábiles en trabajos finos cheirotéchnes.
Si el trabajo además de técnico era creativo recibían el nombre de poietés. Un individuo que carecía de recursos propios y no hacía nada para buscarse la vida podía ser llevado ante el tribunal.
Como dijo Pericles: “Entre nosotros nada tiene de vergonzante reconocer la pobreza la vergüenza es no hacer nada por salir de ella” (Tucídides, II 40).
En el siglo de Pericles (V a. C.) coincide con la época de oro en Atenas. Pericles llenó a la ciudad la ciudad de obreros que contribuyeron a embellecerla. El sueldo del obrero oscilaba entre los 3 o cuatro óvolos diarios.
Algunos, más especializados, podían llegar a ganar un dracma diaria. El trabajo nocturno estaba bien retribuido y solía ser el doble de una jornada diurna. Comprar tierras costaba unos 60 dracmas por acre.
En el siglo siguiente en el siglo (IV a. C.) bajo el dominio macedonio, un obrero especializado ganaba unas dos o dos dracmas y media por día.
Una capa, por ejemplo, costaba unos 20 dracmas y un par de zapatos 8 dracmas. Mantener una familia de 3 hijos y un par de criados podía costar unos 1000 dracmas por año.
El estrato más bajo lo ocupan los que no trabajan ni por gusto ni por sus habilidades técnicas sino porque no tienen más remedio. El trabajo más duro estaba en las minas.
Grecia producía oro plata y cobre. Cobre en Eubea y Chipre (Chipre significa cobre) y oro en Sifnos, Thasos y Tracia. Las minas solían ser propiedad del Estado y ofrecían concesionados de explotación.
El estado se quedaba con un 24% de la producción, aunque también podía darse el caso que el Estado vendiera la mina a particulares. Las máquinas eran escasas y tampoco eran muy necesarias debido a la gran cantidad de mano de obra disponible.
En las minas trabajaban fundamentalmente esclavos y prisioneros de guerra. Los esclavos eran meros instrumentos de trabajo. Salvo en Esparta que eran propiedad del Estado, solían ser propiedad particular el propietario los alquilaba a cambio del 40% del beneficio que obtuviese.
En los mercados había puestos dispuestos en unos pequeños cuartos que daban a la calle y otros cubiertos por lonas. No faltaban los mostradores de prestamistas (los trápezai) y gente ofreciendo sus habilidades para trabajar.
Toda actividad estaba supervisada por agoránomos o metrónomos, que supervisan el funcionamiento de todo y evitaban abusos, como por ejemplo alterar las medidas del peso. Eran los que hacían respetar la ley en el mercado y no exigían a los vendedores ningún impuesto.
Los que no cumplían con la ley eran castigados con azotes, si eran esclavos, y con una multa si eran hombres libres. Las mujeres no iban al mercado salvo que estuvieran trabajando allí. Las mujeres ricas prácticamente no salían de casa.
Atenas importaba gran cantidad de trigo. Este provenía, o bien de Egipto o bien del mar Negro, fundamentalmente. Para dar una seguridad a los barcos importadores se creó una gran flota militar para proteger la zona.
Controlar el tráfico marítimo era una prioridad para Atenas. Se dice que importaba unas 4k Toneladas de trigo al año.
Esto hacía que Atenas creará colonias en la zona ofreciendo a los ciudadanos atenienses establecerse como colonos a cambio de tierras, todo para poder permitirse los despliegues navales.
Los estados griegos eran más importadores que exportadores. No solían tener muchos excedentes salvo quizás el aceite de oliva.
Por ejemplo, tenían una gran producción cerámica, pero las realizaban en pequeños talleres artesanales y no estaban preparados para producir en gran escala, como empresas exportadoras.
Aun así, y dado que la calidad era muy alta, recibían muchos encargos tanto de Grecia como de fuera de ella.
Se han encontrado vasos de cerámica griega por todo el Mediterráneo los grandes vasos como cráteras sí que estaban destinados a la exportación ya que sus clientes solían ser Palacios y casas nobles
Fuente: Vida y civilización de los griegos. Sabino Perea Yébenes