La historia comienza en la isla de Creta donde reinaba Minos II (nieto de Minos I, el hijo de Europa y Zeus, de los que hablamos en otro hilo)
Minos fardaba mucho de tener un trato muy cercano con los dioses. Es por esto que les pidió una señal. Algo que mostrar a su pueblo. Poseidón le escuchó e hizo surgir de las aguas un hermoso toro blanco.
El toro blanco es un animal icónico en la mitología griega. Zeus ya se transformó en toro blanco para raptar a la ninfa Europa. El signo del zodiaco de Tauro viene también de este toro blanco. Domar al toro de Creta fue también el séptimo trabajo de Heracles.
Minos flipó con el regalo, pero Poseidón le ordenó que lo sacrificarse. Minos no quería hacerlo. Le gustaba mucho ese toro blanco, por lo que decidió sacrificar a otro toro en su lugar e intentar engañar a Poseidón. Poseidón se enteró y decidió castigar a Minos.
Pero Afrodita le paró los pies. Ella también estaba enfadada con la esposa de Minos, Pasífae. Pasífae era hija del titán Helios (el dios sol) y la ninfa Creta (hija de Asterión, rey de Creta, y esposa de Minos I)
A Afrodita no le gustaba como le rezaba Pasífae por lo que le propuso a Poseidón una venganza conjunta (muy rebuscada, por cierto). Le lanzó un hechizo a Pasífae para que se enamorara perdidamente del toro blanco. Bueno cuando digo enamorada digo una atracción sexual irrefrenable.
Pasífae deseaba yacer con el toro, pero era un toro y no podía. Por esto mandó construir al famoso artesano Dédalo (el padre de Ícaro), una vaca de madera cubierta con pieles. Pasífae se metió dentro, engañó al toro y consiguió yacer con él.
Fruto de esto nació Asterión. Mitad hombre y mitad toro, también conocido como el Minotauro. Cuando nació el Minotauro, Minos se dió cuenta que que el niño tenía cuernos y no era hijo suyo. Este es el origen del término “poner los cuernos”.
Pasífae quería a su hijo pero se hizo mayor y se convirtió en una bestia que se alimentaba de hombres. Minos ordenó a Dédalo construir un laberinto donde encerrar al Minotauro.
Mientras tanto el único hijo de Minos y Pasífae apareció muerto. Lo habían asesinado los atenienses porque siempre ganaba en los juegos panatenaicos. Esto enfadó mucho a Minos y fue con todo contra ellos. Les venció y les obligo a dar 7 doncellas y 7 jóvenes cada 4 años.
Estos tributos eran enviados al laberinto para saciar el hambre del Minotauro. Teseo, hijo de Egeo, el rey de Atenas, se hartó de esto y decidió ofrecerse voluntario para el sacrificio y matar al minotauro.
Teseo le prometió a su padre que su vencía al Minotauro y regresaba, cambiaría las velas negras de su barco por una blancas para que, cuando viera al barco regresar, supiera que había pasado.
Cuando Teseo llegó a Creta conoció a Ariadna (hija de Minos y Pasífae y “hermana” del Minotauro). Se enamoró de Teseo y habló con Dédalo para intentar ayudarle en su lucha con el Minotauro.
Ariadna le regaló a Teseo una espada y un ovillo de lana para encontrar el camino de vuelta en el laberinto a cambio de que le llevara con él a Atenas. Teseo venció al Minotauro con la espada y logró salir del laberinto gracias al ovillo que había atado en la entrada.
Pero en vez de volver con Ariadna volvió (y se casó) con Fedra (hermana de Ariadna) de la que se había enamorado. Con el lío se olvidó de cambiar la velas por lo que su padre, el rey Egeo, al ver las velas negras, se suicidó tirándose al mar. A este mar se le llama, por esto, mar Egeo.
Teseo tiene más historias. Incluso bajó al inframundo y fue rescatado por Heracles, pero esto es otra historia.