La batalla de las Termópilas, de la que el año pasado se conmemoró el 2500 aniversario, es una batalla clave dentro de la segunda guerra médica (guerras de las que hablamos en un hilo anterior).
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No está claro si ocurrió el 7 de agosto o el 10 septiembre del 480 a. C. Lo que parece ser es que transcurrió durante la segunda mitad o finales del verano.
La mayoría de lo que sabemos sobre la batalla de las Termópilas y las guerras médicas vienen de los escritos del historiador Heródoto de Halicarnaso, considerado padre de la historiografía.
Si bien las obras de Heródoto están llenas de detalles, los números que proporciona es posible que estén un poco exagerados. Además su visión es totalmente partidista (los griegos son siempre los buenos)
Jerjes retoma la contienda de su padre Darío (derrotado en la primera guerra médica en Maratón) y lanza su ejercito contra la Grecia continental. El ejercito de Jerjes (terrestre y marítimo) era impresionante. Quizás no tan grande como decía Heródoto pero muy grande.
El ejercito terrestre cruza el Helesponto. Para esto construye un puente formado por sus barcos. Este puente es destruido por una tormenta. Jerjes se enfada mucho y mandó decapitar a los responsables de la construcción y también los arrojó al mar con grilletes.
Incluso manda a sus hombres flagelar al mar ya que había cometido una ofensa personal contra él.
Un segundo puente de barcos (unos 600) consigue hacer que las tropas crucen el estrecho y entre en Grecia por la zona de Tracia (región vasalla de Persia)
El ejercito terrestre de Jerjes tenía como su principal arma los arqueros. Además tenía una guardia personal llamada “los inmortales”. 10.000 soldados de élite con una coraza de escamas. Cuando un inmortal caía era reemplazado por otro (siempre eran 10.000)
Los inmortales eran además más altos que la media de los soldados persas. La idea era que sus cabezas sobresalieran sobre el resto de las tropas.
El mundo griego se enfrentaba a un gran peligro. Las noticias de el paso de Jerjes por el Helesponto llegaron a las principales polis griegas (Atenas y Esparta fundamentalmente).
A pesar de que tras la primera guerra médica ya se habían empezado a establecer alianzas frente a una posible invasión persa, los griegos no estaban especialmente unidos. Cada uno atendía sus intereses y estaban desbordados por el poder Persa.
Los espartanos se encontraban en mitad e las fiestas carneas (las fiestas más importantes de Esparta en honor a Apolo Carneo) lo que les impedía reunir a todo su ejército. Además se estaban celebrando los juegos olímpicos.
Este tabú religioso hacía complicado que se unieran para frenar el avance de Jerjes. A pesar de todo y dado que la amenaza persa era grande, idean un plan para frenar el avance y permitir reunir un ejercito en condiciones más tarde. El plan consistía en dos partes.
Por un lado mandan una avanzadilla de su flota al cabo Artemisio para retener a la flota persa. Los persas, muy superiores en número, sufren bajas en su flota por culpa de tormentas (el elevado número de barcos hacía imposible que se refugiaran en ningún puerto).
Las tormentas tomaron un papel importante. Esto fue usado por los griegos para decir que los dioses estaban de su parte destruyendo navíos persas.
Luego estaba la parte terrestre. El plan era retenerlos en el paso de las Termópilas. Las Termópilas, que se llaman así (puertas calientes) por sus manantiales de aguas calientes, eran el único paso natural que permitía pasar de Tesalia a Beocia y al Ática (una zona muy rocosa)
Era un paso estrecho (de unos 100 metros de ancho) con la cordillera del Calídromo a un lado y acantilados al mar al otro. Hoy en día los sedimentos de los ríos han formado una zona más ancha (en la que hay autopistas), pero en la época era muy estrecho.
Era el sitio ideal para establecer una posición defensiva. Esparta mandó a 300 soldados de élite comandados por Leónidas, uno de sus reyes (Esparta era un diarquía con 2 reyes).
Esparta sabía que la defensa del paso aunque posible era complicada y mandó solo a soldados con descendencia, ya que morir sin descendencia era algo malo en Esparta (lo principal era dar hijos futuros soldados a Esparta). Leónidas, además, era ya “mayor” (tenía 60 años).
Hay que remarcar que las tropas griegas no solo eran los 300. Además estaban los esclavos espartanos y otras tropas de polis griegas. Estaríamos hablando de unos 6k, un número muy inferior de todas formas que las tropas de Jerjes (cientos de miles, o millones según Heródoto)
En la zona ya existía un pequeño murete (el muro focense) que los griegos reforzaron para hacer frente a la inminente llegada de Jerjes, proporcionándoles una posición elevada que les facilitaba la defensa.
Cuando Jerjes llega a la zona establece un campamento al norte del rio Aspergeo. Espera que los griegos, al ver el imponente ejército, desistan la defensa del paso y se vayan. Jerjes espera 4 días a que se retiren, pero los griegos no lo hacen.
A Jerjes se le termina la paciencia, y el tiempo. Se acercaba el fin del verano. La campaña militar tenía que terminar en verano y le quedaba mucho por avanzar hasta Atenas. Manda sus tropas a atacar pero los Espartanos resisten.
Caen muchos persas pero estos tenían muchos recambios. Los hoplitas espartanos eran unos soldados fuertemente armados, con una pesada armadura, un gran escudo y una larga lanza. Las tropas persas no estaban acostumbradas a luchar contra una infantería tan pesada.
Los espartanos tenían una posición privilegiada para la defensa pero no era fácil. Se dice que se iban turnando por barrios para defender el muro.
Además tenían que soportar las flechas persas. Para esto simulaban una retirada que hacía que los persas atacaran desordenados, formando después para atacarles.
Los espartanos aguantaron el primer día. Jerjes, impaciente ante la situación manda a sus mejores hombres, los inmortales. Esparta sigue aguantando.
Los griegos sabían que su plan tenía un punto débil. Existía una recóndita ruta de montaña que si los persas la descubrían podrían rebosar las líneas y tomar la retaguardia. Si lo hacían todo estaba perdido.
Para evitar esto, Leónidas manda una dotación de 1000 soldados focídios para proteger los pasos de montaña. La llamada ruta Anopea.
Un aldeano de la zona llamado Efialtes traiciona a los griegos y a cambio de dinero enseña a Jerjes el paso de montaña. Hoy en día esa ruta es una ruta de senderismo.
Jerjes manda a sus tropas atravesar las montañas. Cuando llegan a la defensa focídia encuentra a estos dormidos y los aplasta. Un emisario focídio se lo cuenta a Leónidas. Los persas tienen acceso a la retaguardia espartana. Están rodeados. Todo está perdido.
El paso de las Termopilas ha caído. Lo más sensato es retirarse para evitar más bajas y montar otra defensa cerca de Atenas.
Los griegos se retiran (incluso la flota del cabo Artemisio) pero en la cabeza de Leónidas no está la retirada. Todos los griegos se van menos los 300 espartanos.
Jerjes manda un emisario a hablar con Leónidas y decirle que les perdona la vida si depone las armas. Se dice que Leónidas dejó las armas en el suelo, se puso entre las armas y el emisario y le dijo “Molòn labé (Μολὼν λαβέ)” (ven y tómalas).
Leónidas tenía además muy presente un oráculo que decía que para que Esparta no caiga un rey tenía que morir. Además retirarse para un espartano era un deshonor. De la guerra tenían que volver con el escudo o sobre el (llevaban a los muertos sobre el escudo).
Se cuenta que un esclavo le dice a un soldado espartano (Diéneces. Considerado el más valiente de los soldados espartanos) que los persas lanzarán tantas flechas que taparán el sol. Diéneces responde que mejor. Pelearemos a la sombra.
Llevan 3 días de batalla y Leónidas sabe que van a morir. Les dice a sus hombres la famosa frase: “Tomad un buen desayuno, puesto que hoy cenaremos en el Hades (el inframundo)”.
Los espartanos, de pocas palabras y solo dedicados a la guerra, tenían fama de estas frases lapidarias y efectivas. Es una muestra del llamado laconismo espartano (lacónico viene de Laconia, la provincia donde está Esparta)
Jerjes termina aplastando a los espartanos. Todos mueren incluido Leónidas. Es el primer rey espartano que muere en una batalla. Junto a los 300 espartanos se quedaron a luchar y morir 1000 beocios (700 téspios y 400 tebanos).
Los tebanos se terminaron rindiendo pero los téspios murieron luchando con los espartanos (con menos fama que estos pero igual arrojo). Jerjes manda decapitar el cadáver de Leónidas y lo pone sobre una pica para hundir la moral de los griegos.
Bueno los 300 espartanos no murieron. 2 se salvaron: Aristodemo, que no entró en batalla porque contrajo una infección que le dejó ciego. Leónidas, que no tenía tiempo de atender a los heridos, lo mandó a Esparta antes del combate.
Aristodemo, a pesar de regresar por orden de Leónidas, fue considerado un cobarde. Se redimió de esto en la posterior batalla de Platea, lanzándose solo y enloquecido contra los persas (y muriendo). A pesar de esto Esparta no olvidó lo anterior y no recibió reconocimiento
Otro superviviente fue Pantiles, un soldado al que le ordenaron llevar un mensaje a Tesalia y se libró de la muerte de manera involuntaria. También fue repudiado por los espartanos y terminó ahorcándose.
La estrategia defensiva de Leonidas podía haber funcionado pero la negligencia de los focidos protegiendo la ruta Anopea hace que sea una derrota militar sin paliativos. Para los persas significa un retraso de una semana en su campaña, nada más.
De todas formas la proyección épica y victoria moral del sacrificio esparatano lo hace ver como una victoria. La gestión de la propaganda es crucial en los conflictos (los de hace 2500 años y los de ahora).
En la zona donde se libró la batalla hoy podemos ver, además de una estatua de Leónidas con el texto “Molòn labé”, un epitafio con el texto “Caminante, informa a los lacedemonios que aquí yacemos por haber obedecido sus mandatos”
Hay un famoso cuadro de Jacques-Louis David (pintor de cámara de Napoleón) que representa la batalla de las Termópilas. A Napoleón no le gustó el cuadro porque veía el cuadro de un derrotado.
Luego, tras la derrota de Waterloo, se ve identificado. Ve que representa un derrotado pero con una victoria moral y da la orden que la se ponga una copia del cuadro en todas las academias militares francesas.
La batalla de las Termópilas está muy presente en la cultura popular actual. Especialmente tras la película de 300. Esta película es una recreación de un cómic de Alan Moore que es una versión libre de la batalla relatada por Heródoto
Respeta cosas pero cambia muchas otras también. Por ejemplo Efialtes (el aldeano que traiciona a los griegos) en la peli es un soldado espartano deforme. Tampoco menciona el resto de soldados griegos (no espartanos) que combatieron.
Además esa visión del hoplita griego luchando a pecho descubierto dista mucho de las pesadas armaduras que portaban. La capa roja era un distintivo de los espartanos, aunque nunca la llevaban en batalla.
Sí que tenían pelo largo (que lo cuidaban mucho) y largas barbas, aunque se solían afeitar el bigote. El pelo largo es lo que diferenciaba a los ciudadanos espartanos de los esclavos (que les afeitaban la cabeza)
La peli de 300, incluso su precuela, aunque reinventan la historia y cambian muchas cosas, están plagadas de detalles y referencias a la historia original (o lo que nos ha llegado de Heródoto)
Existe otra película más antigua llamada “The 300 Spartans” o “El león de Esparta” en España, mucho más fiel a la historia narrada por Heródoto, aunque sigue siendo una película (la peli está muy bien).
https://www.imdb.com/title/tt0055719/
Tras la derrota griega en las Termópilas Jerjes reanuda su avance con el Ática a su merced. El 17 de septiembre del 480 a. C. entra en una Atenas vacía y la destruye totalmente. Pero esto ya es otra historia.