Tales de Mileto nace en Mileto en el 624 a. C. Mileto era una floreciente ciudad jonia (colonia fundada por Atenas).
Esta ciudad se convirtió en el centro del saber y fue la cuna del nacimiento de la ciencia en occidente, gracias a la influencia de los pensadores y matemáticos persas.
Tales era un reconocido pensador en el mundo heleno. No en vano era ya considerado como uno de los 7 sabios. Fue el primero de de una serie de pensadores jonios (junto con Anaximandro y Anaxímenes), lo que se consideró la escuela jonia o escuela milésica.
Tales alcanzó una gran fama gracias a que consiguió predecir un eclipse. Concretamente un eclipse solar que se dio el 28 de mayo de 584 a. C. y que hizo terminar de manera abrupta una batalla entre los medos y los lidios, que lo interpretaron como un mal presagio.
Dado que esta batalla está registrada en escritos (por Heródoto) y dado también que hoy en día podemos conocer la fecha y la hora con exactitud de un eclipse en el pasado, esta batalla es la primera batalla de la historia de la que se tiene una fecha exacta.
Tras los sabios (sophos en griego es saber o conocimiento) empezaron a aparecer un grupo de sabios “profesionales” que cobraban por enseñar sus conocimientos y se les podía contratar también para hacer uso de su retórica. A estos se les denominó sofistas.
El término sofista terminó siendo un sinónimo de algo negativo y es por esto que los pensadores, para diferenciarse de los sofistas, empezaron a llamarse amigos del saber o filósofos (que vendría a significar algo así como “amor a la sabiduría”)
El término filósofo, en la antigüedad, difiere del que hoy entendemos. No estaba tan desligado de la religión ni de la ciencia como lo está hoy. La mayor separación era de los poetas y de los autores que hacían pura literatura.
El interés de los pensadores como Tales, interesados por la naturaleza y el origen de las cosas, que buscan el origen alejado de los designios de los dioses, fue la semilla que creó la ciencia moderna.
Este interés por la naturaleza (physis en griego) hizo que se les empezaran a denominar como filósofos de la physis, o filósofos de la naturaleza. Hoy igual estarían más cercanos a un físico o un botánico que a un filósofo.
No se ha conservado ningún texto de Tales. Incluso hay autores que dicen que no escribió nada.
Esta carencia de textos es algo común en todos los filósofos presocráticos (anteriores a Sócrates o que no estaban influidos por este). Todo lo que sabemos de ellos es por referencias externas en otros autores.
También se dice que gracias a sus conocimientos predijo una época de buenas cosechas y se hizo rico con la cosecha de la aceituna invirtiendo en molinos. Se dice también que donó sus beneficios ya que su objetivo era demostrar que con el conocimiento uno podía hacer dinero.
Hay otra anécdota que dice que un día, paseando, estaba mirando al cielo, no vio un agujero cayó en el. Entonces una sirvienta le dijo que como podía pretender conocer el universo si no era capaz de ver lo que tenía debajo de los pies.
Viajó a Egipto donde aprendió geometría. Son muchas sus aportaciones a las matemáticas y la geometría, como su famoso teorema de Tales con el que fue capaz de calcular la altura de las pirámides midiendo la sombra proyectada en el suelo.
Tiene una frase famosa: “Todo está lleno de dioses”. No tenemos que buscar un sentido religioso a la frase. Más bien todo lo contrario. Con esto quería decir que todo estaba lleno de vida, lleno de una energía que tenía que ser investigada. La naturaleza, la physis, es algo vivo.
“Algunos afirman que el alma se halla entreverada en el todo. Posiblemente es este el motivo por el que Tales pensó que todo está lleno de dioses”
(Aristóteles en “Acerca del alma”)
Hay que decir que el alma para los griegos no tiene el mismo sentido que para nosotros. Alma era fuente de conciencia y de vida y sobre todo fuente de movimiento. Para los antiguos griegos todo organismo vivo estaba dotado de alma (incluso las plantas)
“Parece que también Tales, según cuentan, supuso que el alma era algo capaz de producir movimiento, si es que afirmó que la piedra imán tiene alma porque mueve al hierro”
(Aristóteles )
Determinó que el agua estaba presente siempre que hay vida. Sin agua no es posible la vida, por lo que estableció que el agua es el origen de todas las cosas.
“En un principio fue el agua”. Esta frase, atribuida a Tales, puede ser interpretada de varias maneras. No necesariamente que el agua seguía siendo el principio constitutivo de las cosas, sino que fue lo primero.
La mayoría de los primeros filósofos consideró que los principios de todas las cosas eran solo los que tienen aspecto material. En cuanto al número y a la forma de tal principio, no todos dicen lo mismo, sino que Tales, el iniciador de este tipo de filosofía, afirma que es el agua, por lo que también declaró que la tierra está sobre el agua. (Aristóteles)
El pensamiento de que tierra flota sobre agua no es más que una continuación de los viejos mitos de Océano y Tetis, que ya aparecen en la Ilíada:
Voy a ver a Océano, progenie de los dioses y a la madre Tetis (Il XIV 200)
La corriente del rio Océano, que es la génesis de todas las cosas (Il XIV 244)
Este principio también está en la mitología del Oriente Próximo así como en la Biblia: ”Yahveh extendió la tierra sobre el agua” (salmo 136, 6)
Esta búsqueda del origen o génesis de las cosas es lo que denomina el arché y es es nexo de unión de todos los filósofos presocráticos que tratan de explicar el origen de la vida y del universo dando cada uno su arché y creando una cosmología a partir de este.
Una cosmología, o composición del mundo siguiendo un orden (cosmos, en griego, significa oden), que no tenía ya nada que ver con los dioses de antaño.
Es por esto que se considera a Tales, además del primer filósofo (título que lo otorga Aristóteles), el padre de la ciencia moderna.
Dado que establecía el arché como una única cosa de la que provenían todas las demás es considerado un filósofo presocrático monista.
Como dijo Nietzsche:
“Como matemático y como astrónomo, era hostil a todo lo mítico y alegórico, y si llegó hasta la pura abstracción de ‘todo es uno’ y formuló una expresión física, se constituyó en una excepción entre los griegos de su tiempo”
Con Tales se empieza a explicar la naturaleza por si misma sin intervención divina. Es lo que más tarde se denominó como “el paso del mito al logos”. Unos filósofos que se liberaron de la especulación mítica y empezaron a organizar su pensamiento sobre bases racionales.
De todas formas este paso del mito al logos no se hizo de forma abrupta. El pensamiento filosófico fue invadiendo poco a poco el pensamiento mítico.