Safo nace en la isla de Lesbos sobre el 630 a. C. Dentro del periodo arcaico. No está claro si nace en Ereso o en Mitilene. Comúnmente se la conoce como Safo de Mitilene o Safo de Lesbos.
No sabemos mucho de su vida. Muchas de las cosas que se dicen de ella vienen de una obra del poeta Ovidio “Heroidas”. Esta obra son 21 cartas que Ovidio se inventa (es una obra de ficción) que tienen como protagonistas mujeres en la mitología.
De hecho Safo es la única mujer real en la obra. El resto son: Penélope (mujer de Odiseo), Briseida (Aquiles), Helena, Medea, Fedra, … El hecho que Ovido (poeta romano que nace 600 años después de Safo) la incluyera dice mucho de la fama y notoriedad de Safo
En la parte de Safo es un carta ficticia (como todas las demás) que Safo manda a Faón (un personaje mítico asociado a Afrodita) de la que, según Ovidio, Safo se había enamorado.
En el relato (ojo spoiler) Safo se suicida por no ser correspondida. Este dato y otros de la obra de Ovidio se usan como datos de una biografía real de la que no tenemos mucha información (un lío, vamos).
Parece ser que la Safo real era hija de un rico comerciante de vino. Dado que su familia pertenecía a la aristocracia, Safo tuvo acceso a una educación y se interesó por la poesía y la música.
La situación política en la isla de Lesbos era muy convulsa. Además tenían un conflicto muy fuerte con Atenas. Los atenienses habían creado una colonia cerca de Lesbos (el cabo de Sigeo) para controlar el estrecho del Helesponto.
La zona del Helesponto es el paso natural al mar negro y es una zona de mucho tráfico comercial (aka mucho dinero). Controlar esta zona era importante y ya había sido fuente de conflictos muchos años antes (la guerra de Troya, por ejemplo)
Este conflicto generó una guerra entre Lesbos y Atenas en el 610 a. C. En esta guerra, que duró muchos años, muere el padre de Safo. Safo junto a sus hermanos se hacen cargo del el negocio familiar y consiguen mantenerse dentro de la aristocracia de Lesbos.
Safo, con la influencia del gran poeta Alceo de Mitilene, se convierte en una importante poetisa. Se dice que fueron amantes, pero esto no está claro.
Lesbos estaba controlada por una serie de tiranos. Alceo estaba en contra de estos. En el mandato de Pítaco, los que conspiraban contra los tiranos fueron desterrados de la isla. Safo fue desterrada a Siracusa.
En Siracusa, Safo se casa con el rico comerciante Cércilas, un hombre mayor con el que Safo tiene una hija (Cleis). Cércilas muere pronto y Safo hereda su fortuna.
Mientras tanto en Lesbos, Pítaco cambia de parecer. Decide perdonar a los desterrados y Safo regresa a Lesbos. Regresa como parte de la aristocracia que era, y rica por la herencia de su marido.
Con su dinero funda una escuela exclusiva para mujeres que llamó “la casa de las servidoras de las musas”. Era una elitista escuela para mujeres donde las familias ricas enviaban a sus hijas para aprender canto, danza y poesía hasta que se casaban.
También se dice que esta escuela era una especie de culto religioso a Afrodita e incluso se decía que era una escuela de hetairas (cortesanas de las que ya hemos hablado en otros hilos).
No nos han llegado muchas obras de Safo. Solo una completa “Himno en honor a Afrodita”. El resto solo fragmentos. Lo que sabemos es fue enormemente influyente en su época y épocas posteriores.
Si a Homero se le consideraba “el poeta” a Safo se la consideraba “la poetisa”. Platón, por ejemplo, la consideraba la décima musa y su influencia y fama fue muy grande en la época y épocas posteriores. Sócrates se refería a ella como “un mentor de amor”
Safo escribía sus poemas en dialecto eólico que trataban sobre amor y sexo. Algo que hoy en día no presenta ninguna novedad pero que no se daba en la época arcaica, donde los poemas versaban sobre todo de temas épicos y dioses.
“Haré una confesión:
amo lo que me acaricia
creo que el amor forma parte
del brillo
y la virtud del sol.”
(Safo)
Llegaste, lo hiciste y yo te deseé ardientemente
y helaste mi corazón, encendido en deseo.
(Safo)
A partir de Safo la poesía empezó a tornar hacia el interior y hacia los sentimientos.
Las mujeres en Lesbos gozaban de un poco más de libertad que en otras polis como Atenas, donde era impensable que una mujer estuviera a la cabeza del negocio familiar, con dinero y fuera tan influyente, es por esto que la difamaron y la solían relacionar con las heteras.
Se dice que Safo tenía amantes entre sus alumnas. Estas relaciones homosexuales no tenían nada extraño en la época. Estaban normalizadas. Ni siquiera tenían una palabra para definirlo.
El término Lesbiana que hoy conocemos viene de Safo de Lesbos y originalmente quería decir “persona de Lesbos”
“Se ha ocultado la luna
También las Pléyades
Es la media noche y las horas se van deslizando,
y yo duermo sola.”
(Safo)
El puritanismo de la edad media hizo que los poemas de Safo fueran censurados e incluso destruidos. Posteriormente en el romanticismo Safo volvió a ser rescatada adoptando algunos mitos falsos, como su suicido por amor (que a los románticos les parecía tan atractivo).
Parece ser que Safo vivió hasta los 70 años de acuerdo a algunos fragmentos donde habla de su pelo canoso y sus débiles rodillas.
Sigue siendo mi amigo
pero busca una esposa más fresca,
que vivir no podría contigo
siendo yo la más vieja.
(Safo)
Su poesía fue tan importante que incluso dio nombre a un tipo de estrofa: La estrofa sáfica, de cuatro versos, tres endecasílabos y un pentasílabo. Safo es considerada una de las mujeres más importantes de la Antigua Grecia
Para las bellas
-para vosotras-
mi pensamiento
nunca es mudable.
(Safo)
Inmortal Afrodita ****la del trono pintado,
la hija de Zeus, tejedora de engaños, te lo ruego:
no a mí, no me sometas a penas ni angustias
el ánimo, diosa.
Pero acude acá, si alguna vez en otro tiempo,
al escuchar de lejos de mi voz la llamada,
la has atendido y, dejando la áurea morada
paterna, viniste,
Tras aprestar tu carro. Te conducían lindos
tus veloces gorriones sobre la tierra oscura.
Batiendo en raudo ritmo sus alas desde el cielo
cruzaron el éter,
y al instante llegaron. Y tú, oh feliz diosa,
mostrando tu sonrisa en el rostro inmortal,
me preguntabas qué de nuevo sufría y a qué
de nuevo te invocaba,
y qué con tanto empeño conseguir deseaba
en mi alocado corazón. ¿A quién, esta vez
voy a atraer, oh querida, a tu amor? ¿Quién ahora,
ay Safo, te agravia?
Pues si ahora te huye, pronto va a perseguirte;
si regalos no aceptaba, ahora va a darlos,
y si no te quería, en seguida va a amarte,
aunque ella resista.
Acúdeme también ahora, y líbrame ya
de mis terribles congojas, cúmpleme que logre
cuanto mi ánimo ansía, y sé en esta guerra
tú misma mi alidada.