Vivimos en los tiempos del Covid. Una pandemia mundial que está causando estragos en la sociedad y en la economía mundial. Este tipo de pandemias no es la primera vez que pasan en la historia de la humanidad, ni desgraciadamente será la última.
La pandemia que estamos viviendo, a diferencia de lo que podamos pensar, no es la peor que ha vivido el ser humano en la historia. Esta pandemia nos ha pillado ligeramente preparados y hemos sido capaces de crear una vacuna.
Otras pandemias en la historia se han pasado sin vacuna y con resultados devastadores. En este hilo nos vamos a centrar en la conocida como la peste que asoló Atenas en el siglo V a. C. en mitad de las guerras del Peloponeso. Contextualicemos un poco.
Atenas y Esparta se encontraban en constante disputa. Disputa que desencadenó en la guerra del Peloponeso. Una guerra que duró 10 años y que terminó venciendo Esparta.
Eran dos grandes potencias. Esparta poseía el mayor y mejor ejército terrestre de la zona. El hoplita griego (soldado de infantería) era un soldado fuertemente armado. Tanto los atenienses como los espartanos eran muy fuertes en esto, pero Esparta estaba por encima del resto.
Esparta no tenía un ejército. Esparta era un ejercito. Los ciudadanos vivían por y para el ejército. El servicio militar comenzaba a los 6 años. A los 18 un joven espartano era un supersoldado entrenado para no sentir dolor y vivir en condiciones muy límites.
Lo que no tenía Esparta (o era prácticamente testimonial) era una flota naval. Atenas, sin embargo poseía la flota naval más importante de zona. El mar era suyo.
Ya en tiempos de las guerras médicas Temístocles consiguió convencer a los atenienses que la predicción del oráculo de Delfos que decía que tenían que construir muros de madera, en realidad se refería a que tenían que construir barcos de madera (coló).
Gracias a unas minas de oro que habían descubierto consiguieron mucho dinero que se lo gastaron construyendo una potente flota de trirrenes, que fueron claves luego en la batalla de Salamina contra Jerjes (en la segunda guerra médica).
Después de las guerras médicas volvió a surgir el tema de los muros sobre Ateneas. La estrategia de Pericles en la guerra del Peloponeso fue fortificar Atenas para contener al potente ejército espartano. Los muros que no habían querido hacer antes los hacen ahora.
El problema era que si fortificaban Ateneas quedaban aislados del mundo y Esparta no tenía más que sitiarlos y esperar a que se quedaran sin recursos.
Es por esto que Pericles decide fortificar no solo Atenas sino crear unos muros que unieran la polis con los puertos de mar (Atenas no estaba conectada al mar directamente). Crearon así los llamados “muros largos” que unían Atenas con el Pireo.
De esta manera, aunque Esparta los sitiara, podían reabastecerse con mercancías que llegaban por mar (donde tenían la supremacía total) y aguantar un sitio de Esparta a Atenas durante tiempo.
Fundamentalmente les permitía traer grano de Egipto (el granero del mundo en época) mientras que los ciudadanos se encontraban dentro de los muros protegidos de Esparta.
Además mientras que se encontraban resguardados tras los muros su potente flota podía cortar las líneas de suministro espartanas. Era su estrategia para ganar la guerra.
Bueno pues parecer que un virus que originariamente parecía provenir de África (se cree que desde Etiopía) viajó en uno de esos barcos de mercancías e infectó a la población sitiada.
Atenas estaba superpoblada ya que habían metido dentro de los muros a muchos campesinos que vivían a las afueras. Esto propagó rápidamente la enfermedad. Es lo que se conoce como la peste de Atenas.
No tenemos claro que enfermedad fue. Al principio se pensaba que era peste bubónica pero últimamente parece ser que se trató de sarampión, viruela o tifus (todo apunta a que esto último).
El historiador Tucídides pasó la enfermedad y relató los síntomas: Fiebre alta, deshidratación y heridas en la piel. La enfermedad, desde los primeros síntomas, duraba 7 días, periodo tras el cual el paciente se recuperaba o moría.
“Al invierno siguiente, la peste atacó a Atenas de nuevo por segunda vez, pues aunque no había cesado del todo en ningún momento, sí que había habido una mitigación” (Tucídides, III 87)
Supuso un mortalidad del 25% y causó estragos en la población ateniense. Afectó a todas clases sociales sin distinción. De hecho el propio Pericles enfermó y murió.
Dado que la muerte llegaba a todos los estratos sociales supuso un cambio muy fuerte en la sociedad ateniense. Se daban casos de gente rica que moría y heredaban sus pertenencias gente pobre. Esto supuso muchos cambios en la ciudad.
No había cura para la enfermedad. El propio Hipócrates (del que hablamos en un hilo) ensayó una serie de fumigaciones que parecía que hacían algo, pero nada. Caía gente fuerte, enferma, jóvenes, ancianos, …
https://twitter.com/gonzalo123/status/1437053348465811458
Los muertos se apilaban las casas y los templos. Las víctimas eran abandonadas por miedo. Los enfermos abandonados morían en la calle tratando de paliar la deshidratación en las fuentes públicas.
El humo de las pilas funerarias hizo incluso que los espartanos que estaban sitiando la ciudad se alejaran.
El problema no fue solo la enfermedad, sino también el miedo a la enfermedad. Como dijo Tucídides: “El miedo a la peste destruyó Atenas, no la peste”
Echar la culpa a alguien en una pandemia no es algo de hoy. En la peste de Atenas el historiador Tucídides ya acuso a los espartanos de envenenar los pozos. El “virus chino” aquí fue el “virus espartano”. Lo que no había eran los antivacunas, quizás porque no había vacuna.
La peste supuso la muerte de un tercio de la población ateniense (incluyendo a su líder Perícles) en plena guerra del Peloponeso. Los historiadores no se ponen de acuerdo si fue la principal causa de que Atenas perdiera la guerra pero fue algo determinante.
A pesar de de la peste que diezmó la población, morir Pericles y perder la guerra, Atenas siguió liderando la cultura en el mundo heleno, aunque tardó años en en recuperarse.
Eurípides y Sófocles siguieron creando obras y en la Acrópolis se siguió construyendo (el templo te Atenea Niké y el Erecteion, por ejemplo)