Pues eso que había un rey de Argos (en el Peloponeso) llamado Acrisio que no tenía hijo varón. Es por esto que fue al oráculo de Delfos para ver que podía hacer para “solucionar” esto (en los reyes de la antigüedad esto era un problema gordo)
El oráculo le dijo que, no solo nunca tendría hijo varón, sino que su nieto lo mataría. Acrisio solo tenía un hija: Dánae, por lo que hizo lo que lo que todo buen padre hace cuando un oráculo le dice que su nieto lo va a matar: Encierra a su hija un una torre para que no pueda tener hijos.
Pero va a a ser que Zeus se había encaprichado de Dánae y para llegar a ella se transforma en lluvia dorada para entrar entre las grietas de la torre y dejarla embarazada de quién sería su hijo Perseo.
Esta lluvia de oro en la concepción de Perseo da nombre a las Perseidas o lluvia de estrellas que se produce todos los años cuando la tierra pasa junto a la cola del cometa Swift-Tuttle.
Acrisio se enfada mucho y quiere matar a su hija pero esto puede contradecir al destino, por lo que mete a su hija a a su nieto en una caja y la tira al mar. De esta manera él no los mata. Si su destino es morir, morirán. Un plan sin fisuras.
Bueno. Pues no mueren. Son rescatados por Dictis. Un pescador hermano del rey Polidectes. Polidectes se encaprica de Dánae, pero Perseo siempre está con ella y la protege.
Un día ,en una fiesta, todos le dan regalos al rey. Perseo no tiene nada que entregarle, por lo que le promete traerle la cabeza de la gorgona Medusa (monstruo con serpientes en la cabeza que convierte en piedra al que la mira)
El rey ve la oportunidad de que Perseo se quite de en medio (incluso que muera) y acepta. Le dice que parta y que no vuelva sin la cabeza de Medusa. En problema es que nadie conoce el paradero de la gorgona (nadie que la ha visto a regresado)
Atenea y Hermes le ayudan. Hermes le hace de guía y le da una espada. Atenea le presta su escudo y le da una pista para encontrar las armas que necesita para vencer al Medusa: Las Grayas conocen el paradero de las ninfas que tienen las armas.
Perseo consigue robar el ojo de las Grayas (compartían un ojo) y las chantajea para que le digan el paradero de las ninfas. Estas le entregan las armas que necesita: Unos zapatos alados, el casco de Hades (que le da invisibilidad) y una bolsa para guardar la cabeza de Medusa.
Perseo consigue entrar en el escondite de Medusa gracias al casco de invisibilidad. Gracias al escudo consigue acercarse y gracias a la espada consigue cortarle la cabeza, que la guarda el al bolsa sin mirarla. De la sangre de Medusa surge el caballo Pegaso.
Cuando regresa a la corte de Polidectes (en el camino tiene algunas otras aventuras) descubre que éste ha secuestrado y violado a su madre Dánae. Esto enfada mucho a Perseo. Recluta a unos hombres (era un héroe famoso) y lucha contra el rey.
Está en inferioridad pero cuando está a punto de ser derrotado dijo: “Aquellos que son mis amigos que cierren los ojos”. Sacó la cabeza de Medusa y petrificó a sus enemigos. Perseo petrifica al rey le entrega el reino a su padre adoptivo Dictis.
Perseo pone la cabeza de Medusa en casco de Atenea y devuelve los regalos que le permitieron su victoria a los dioses. Se convierte en un gran héroe. Su abuelo, Acrisio recuerda la profecía y huye. De todas formas Perseo no pretende vengarse de su abuelo.
Pero el destino es el destino. Perseo, en una pruebas atléticas, lanza un disco con tal mala fortuna que le da en la cabeza a un anciano espectador. No era otro que Acrisio. De esta manera se cumple, aun sin quererlo Perseo, el destino del oráculo.