Todos tenemos la imagen del Partenón en lo alto de la Acrópolis. Pues bien, lo que vemos ahora no es el “primer” Partenón. Tras la victoria de Atenas en Maratón (490 a. C.) se decidió construir un templo dórico en honor a Atenea. Ese templo se conoce como Prepartenón.
Años después, durante la segunda guerra médica, Jerjes invade Atenas y arrasa con todo, incluyendo la Acrópolis, que la destruye totalmente. No dejó nada. Luego, tras la victoria de Salamina los Atenienses reconstruyen la ciudad.
Pero para no olvidar la barbarie persa deciden, con el juramento de Platea, que no reconstruirían ningún templo destruido por los persas. Es por esto que en la Acrópolis solamente reconstruyen las murallas (para lo que usaron piedras de las ruinas del antiguo templo).
Pericles quiere reconstruir la Acrópolis pero se enfrenta a un fuerte rechazo. La Acrópolis está llena de lugares sagrados donde no se puede construir: La huella del tridente de Poseidón, la tumba de Cécrope, el olivo de Atenea, …
Pericles construye en la zona no sagrada. Manda a Fidias (un joven escultor y amigo personal suyo) la construcción de una gran escultura de Atenea (Atenea Promacos). Con la diosa en pose guerrera y con un brillante casco visible incluso desde el mar.
Los sectores conservadores de la ciudadanía ateniense rechazan estas obras. Acusan a Pericles de querer adornar a Atenas como si fuese una prostituta. Pericles se reúne con la Ecclesia para intentar convencerles para construir en la Acrópolis.
Lo rechazan y no le dan en dinero necesario para hacerlo. Pericles, que era un Alcmeónidas (familia pudiente), dijo que si no era con el dinero de Atenas se gastaría su propio dinero. Evidentemente esto no fue así. A día de hoy ningún político se gasta su dinero. Antes tampoco.
Atenas venía de las guerras médicas. Tenía a muchos soldados sin trabajo. Acometer grandes obras públicas significaba dar trabajo a muchas personas. Se terminó decidiendo dar el dinero para las obras.
Tras las guerras médicas Atenas se había alzado como el líder de los pueblos griegos y otras polis le pagaban para que les protegieran frente a futuras invasiones persas, formándose la llamada “liga de Delos”. Usar el dinero de la liga para embellecer Ateneas era difícil de explicar.
Pericles, que era muy convincente, consiguió convencer a todos diciendo que el dinero se daba a Atenas era para garantizar la protección. Lo que Atenas hiciera con el dinero esa cosa suya, siempre que cumpliera con la protección prometida.
Es así como comenzaron la obras de nuevo Partenón, que duraron 9 años. La arquitectura fue de la mano de Ictino y Calícrates. Fidias se encargó de las esculturas y la supervisión general del proyecto.
Este nuevo Partenón era un edificio novedoso. Estrictamente hablando no era una templo (los lugares de culto estaban en el exterior). Era un edificio dórico pero con elementos jónicos. No era ni una cosa ni la otra, muy en consonancia con el espíritu ateniense.
Los atenienses no se consideraban ni dorios ni jonios. Eran Atenienses. El edificio era totalmente de mármol (columnas, tejas, … Todo). Usaron un mármol del Pentélico (una montaña cercana), que era muy peculiar con un unas incrustaciones de hierro que le daban un color dorado.
El uso de mármol para construir un edificio era algo raro. Salvo en las Cícladas el mármol solo se usaba para esculturas. No tenían una especial predilección por este material. Era algo muy común. Sus cocinas de la clase media eran de mármol. Cuando tenían dinero las alicataban.
El Partenón es un edificio períptero (totalmente rodeado de columnas) octástilo (con 8 columnas en el frontal). El uso de 8 columnas era algo muy raro. De hecho había muy pocos así. Tenía una decoración extrema. No era habitual decorar los edificios tanto.
La fachada principal (este) estaba decorada con unos frisos que representaban la gigantomaquia y el frontón con el nacimiento de Atenea (que surge de la cabeza de Zeus). Era la fachada más sagrada.
La fachada oeste representa la disputa entre Atena y Poseidón por el protectorado de la ciudad. En un lateral se representa la guerra de Troya y en otro la centauromaquia. También hay metopas con escenas de la guerra de de Atenas con las amazonas.
Muchos de los frisos y metopas estaban pensados para verse mientras se caminaba, jugando con las columnas y las formas. Era un edificio tremendamente propagandístico, representando el poderío de Atenas sobre el mundo.
Ningún espectador quedaba indiferente ante el Partenón. Todos veían en el algo familiar: Las partes dorias, la doble fila de columnas frontales (típico jonio), el mármol típico de la construcciones cicládicas). Causaba una enorme atracción. Todo estaba pensado para esto.
Famosas son sus correcciones ópticas. Ninguna línea es recta en el edificio. Los ejes de las columnas están inclinados hacia el interior. Si alargáramos las columnas al infinito, se terminarían juntando en 2 km.
Las columnas no están situadas a la misma distancia. También están ensanchadas el en centro (éntasis). Todo para que un observador que se sitúe delante quede impresionado y la perspectiva desde cerca quede perfecta.
En interior del edifico no era muy grande. Como no era un templo como tal, no tenía que albergar mucha personas. Tenía 2 estancias. Una, cerrada, donde solo entraban las sacerdotisas de Atenea. Esta sala da nombre al edificio completo: Partenón significa “sala de las vírgenes”.
La otra sala albergaba una majestuosa estatua criselefantina (marfil y oro) de Atenea: Atenea Pártenos (Atena la Virgen) esculpida por Fidias. Esta sala tenía unas pequeñas ventanas que permitían la entrada de la luz (raro en los templos griegos, quizás porque no era un templo).
Esta luz se reflejaba en la estatua y generaba un efecto especial. Para un griego sus dioses emitían una luz y deslumbraban. Esta estatua aguantó mil años, pero como todo lo que tenía oro terminó desapareciendo. A los pies de la estatua había un friso con el mito de Pandora.
Además del Partenón, en la Acrópolis, Pericles construyó otras cosas: Los Propileos, el Erecteion (donde estaban las famosa tribuna de las Cariátides) y el pequeño templo de Atena Niké. Pericles no vio la obra terminada. Murió en la peste que asoló Atenas en el 429 a. C.
Tras el fin de la Grecia clásica el Partenón fue convertido en iglesia cristiana (Santa María del Partenón). Con la invasión Turca se convirtió en mezquita. En 1806 Lord Elgin sacó las esculturas de Grecia. Hoy los originales se encuentran desperdigados entre Londres y París.
El 26 de septiembre de 1687 durante la guerra de la Santa Liga contra el Imperio otomano el Partenón, que era usado por los turcos como almacén de munición, explota y se destruye todo el tejado y arruina el edificio. Solo quedan en pie algunas columnas y parte de los frontones.
A día de hoy se sigue restaurando. Nada de lo que hay es original (los originales están en Londres. Los griegos los siguen reclamando) pero sigue siendo impresionante. Algo que no se puede no ver si visitamos Atenas ya que es visible desde casi cualquier rincón de la ciudad.