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Parménides de Elea nació sobre el año 520 a. C. en Elea (Magna Grecia, e sur de Italia), donde se creó una importante escuela filosófica denominada “la escuela de Elea o Eliática”. Es uno de los filósofos anteriores a Sócrates denominados presocráticos

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Solo se conserva una obra. Un poema llamado “sobre la naturaleza”. El poema está dividido en 3 partes: Un proemio o canto de apertura, el discurso de la verdad y el discurso de la opinión.

Esta obra fue muy disruptiva y generó mucha controversia en la época, controversia que hoy se mantiene. El proemio describe un viaje imaginario en el que Parménides va en un carro tirado por 2 yeguas y las hijas del sol.

Viaja a través de las puertas del día y de la noche hasta la presencia de una diosa (no especifica cual). Esta diosa recita el resto del poema. Le anuncia que un conocimiento le será revelad, como una revelación divina.

Para obtener el conocimiento la diosa le muestra 2 vías: La de la verdad y otra vía impracticable. Dos caminos contradictorios y excluyentes: La vía de la verdad y la vía de la opinión.

El resumen de la primera vía es “que es y no es posible que no sea” y de la segunda “que no es y es necesario que no sea”. Estos 2 caminos se han considerado como los caminos del ser y del no ser.

Que nadie se asuste si no entiende bien lo que se refiere Parménides. Ni siquiera en griego antiguo está claro. ¿Cuál es el sujeto de la frase? Lo más común es interpretarlos como “lo que es”, o el ente. “Lo que es es y no es posible que no sea”

Esto parece obvio pero, según Parménides, los mortales nos comportamos como si lo que es no fuera y que no es, es. No somos conscientes de verdad que nos ofrece la diosa. La lógica del ser es la lógica del pensamiento.

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La vía de la opinión implica conocer lo que no es. La nada. El no ser no existe y no es posible ser comprendido. Es por esto que esta vía es impracticable ya que parte de un conocimiento imposible.

Lo que está diciendo Parménides es que el cambio no existe. El cambio, o generación, vendría a ser un paso del no ser al ser. Esto no es posible ya que “lo que es, es y es necesario que sea”. No es posible que no sea.

Además lo que no es, no existe. No podemos pensar en ello y no puede pasar a ser, ya que esto implicaría que lo que no es, es. Esto es imposible. El cambio es un tránsito entre opuestos, pero el ser no tiene opuesto. El no ser no es nada y no es el opuesto al ser.

Este pensamiento, negando el cambio, rompe con el pensamiento anterior de los filósofos basado en la transformación de una substancia primordial en otras cosas. Para Parménides el cambio implica dejar de ser, para ser otra cosa y el no ser, no existe.

La diosa sabe que esto es difícil de entender para los mortales y nos anima a guiarnos exclusivamente por la razón y dejar de confiar en los sentidos que nos engañan.

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Parménides atribuye al ser una serie de características: Es único, indivisible e inmutable. Ya que lo contrario significaría aceptar que no ser, sea. Para que existan múltiples seres tiene que haber diferencias y esto es una aceptación del no ser.

También es finito y esférico. Para los griegos el infinito era imperfecto y la esfera era la forma perfecta. El ser es perfecto. Esto posiblemente es una influencia de los pitagóricos.

También es indestructible (no puede “no ser”) e ingénito (no puede ser engendrado, ya que esto significaría que habría pasado del no ser al ser)

Los filósofos anteriores a Parménides buscaban el sentido del universo y estaban más cercanos a lo que hoy conocemos como biólogos o físicos. Tales de Mileto definía como elemento esencial (el arché) el agua como fuente de vida. Para Pámenides es el ser.

Parménides trasciende el plano físico. Para muchos es el padre de la metafísica. Este pensamiento se oponía al de Heráclito que venía a decir que todo cambia. Cada vez que te bañas en un río, el río es diferente.

La verdad es que el pensamiento de Parménides, negado el cambio, no es tan opuesto al de Heráclito (que viene a decir que todo es cambio) como parece. El ser del río no cambia. Siempre es un río. Lo que cambia es la percepción del río guiada por los sentidos.

Heráclito se basa en la naturaleza, donde usamos los sentidos, mientras que el pensamiento de Parménides está en la metafísica y en la ontología (avalada por la razón).

Resumen: “Lo que es, es y lo que no es no es” ¿Te ha quedado claro? Si no es así no te preocupes. Tenerlo todo claro está sobrevalorado. Los filósofos llevan dándole vueltas a esto desde el siglo V a. C.