Hoy hablaremos del pancracio. La MMA de la Antigua Grecia. Dentro hilo.
El pancracio y el pugilato en la Antigua Grecia fueron dos formas de deportes de combate que se destacaron por su brutalidad y peligrosidad.
Estas pruebas formaban parte de los Juegos Olímpicos y eran considerados como deportes extremadamente duros que solo los más valientes y osados se atrevían a practicar.
El pancracio era una forma de lucha que permitía cualquier tipo de ataque, incluyendo patadas, puñetazos, agarres, estrangulamientos y llaves. Los combatientes luchaban desnudos, lo que aumentaba aún más el dramatismo y la tensión de la prueba.
Salvo meter los dedos en los ojos todo estaba permitido. La idea era que los luchadores se batieran en un combate heroico, en el que el objetivo era demostrar la superioridad física y la valentía sobre el oponente.
El pancracio era, por tanto, una prueba que tenía un carácter marcadamente épico y que se asociaba con los valores de la cultura griega, como la fuerza, la valentía y la capacidad de resistir el dolor.
Un truco muy usado por los pancraciastas era el de tomar a su oponente por el pie o el tobillo y lanzarlo de espaldas contra el suelo.
Sin embargo, el pancracio no fue la única forma de lucha en la Antigua Grecia. También había otras disciplinas que se diferenciaban por sus propias reglas y técnicas específicas.
Por ejemplo, en la modalidad de palaestae, los luchadores solo podían agarrarse y no podían utilizar sus puños para golpear. Por otro lado, en el pyctae, los luchadores utilizaban cintas de cuero llamadas cestus para cubrir sus puños.
Además, existía la modalidad de pammachiarii, también conocida como pancraciasta, que combinaba las técnicas del pancracio con el pugilato y otras formas de lucha.
En el pammachiarii, los luchadores podían utilizar golpes con los puños, luchar cuerpo a cuerpo sujetando al rival de las extremidades y hasta recurrir a trucos sucios y humillaciones del rival.
Por su parte, el pugilato era una modalidad de lucha que se centraba en el uso de los puños y las manos. Los púgiles se protegían los nudillos con una especie de guante que se fabricaba con piel de buey, y que permitía golpear con mayor fuerza y precisión.
El pugilato también se caracterizaba por su dureza y violencia, y las lesiones y desfiguraciones eran frecuentes en los combates.
Filóstrato tiene un tratado sobre el mundo del deporte llamado Gimnástico en el que tiene un fragmento dedicado al boxeo:
Se preparaban metiendo cuatro dedos en una especie de guante y se lo enrollaban quedando el puño luego se lo sujetan con un cordel con una especie de soporte que descendía hacia el codo también se fabricaban una especie de guantes con piel de buey no se usaban guantes de piel del cerdo ya que las heridas eran difíciles de curar.
Una de las características más sorprendentes del pancracio y el pugilato era que estos deportes no tenían ningún tipo de regulación o limitación en cuanto a la violencia de los ataques.
Los luchadores y púgiles podían golpear con todas sus fuerzas, sin importar que sus adversarios resultaran gravemente heridos o incluso muertos.
A pesar de su peligrosidad, el pancracio y el pugilato eran muy populares entre los griegos, que disfrutaban viendo los combates y animando a sus luchadores favoritos.
Es importante comprender estas formas de deporte como una muestra de las creencias y valores de una sociedad y de cómo estos han ido evolucionando con el paso del tiempo.
El combate terminaba cuando uno queda KO o levantaba la mano en señal de abandono. Los luchadores solían quedar desfigurados tras el combate.
Los romanos continuarán con estos deportes pero los hicieron más duros aún. Permitían el uso de una pieza de bronce que se ajustaba al puño y convertía a estos en una especie de mazo capaz de romper la mandíbula de un solo golpe.
Estos combates eran unos deportes totalmente destructivos y brutales y casi asesinos, nada que ver con el boxeo y la lucha actuales. Los campeones de estos deportes eran gente muy famosa y aclamada.
El filósofo Platón era un luchador de estos deportes. Según Diógenes Laercio compitió en los juegos Ístmicos (juegos en honor a Poseidón, en Corinto). De hecho Platón era su apodo, que hacía referencia a sus anchas espaldas. Su nombre real era Aristocles.