Hablar del destino en la mitología griega es hablar de las Moiras, la personificación del destino.
Las Moiras eran tres hermanas: Átropo, Cloto y Láquesis. Hijas de Zeus y de Temis (la diosa de justicia de la que hablamos en otro hilo)
Se las suele representar como tres hilanderas y controlan el hilo de la vida de cada ser humano
Cloto (la hilandera) gira el rueca con el hilo de la vida y decide el momento del nacimiento.
Láquelis (la repartidora de suertes) decide con una vara la longitud de la vida. También se la suele representar con un globo o con un pergamino
Átropo (la inevitable) corta el hilo de la vida. Es representada con unas tijeras o una balanza.
Se las suele representar como niñas, mujeres o ancianas. Esto hace que se las confunda, a veces, con las Grayas (que nacieron ancianas y comparten un ojo), como pasa en la peli de Disney, Hércules
Para los griegos, los mortales tenían un pequeño poder de decisión, pero el destino estaba establecido y era inflexible.
La Moiras velaban por el cumplimiento del destino. Incluso eran capaces de impedir que un dios interviniera en una batalla para evitar la muerte de un mortal (si esto incumplía el destino).
Ni siquiera Zeus puede intervenir siempre en cuestiones que tengan que ver con el destino. Zeus estaba sujeto a sus designios.
Pero, a veces, se las puede engañar. Apolo, por ejemplo, engaño a las Moiras para evitar la muerte de su amigo Admeto (uno de los Argonautas). Apolo había sido condenado a servir a un mortal por un año por haber matado a los Cíclopes.
Escogió a Admeto y terminó haciéndose muy amigo suyo. Tanto que emborrachó a las Moiras para que aplazasen su muerte. Apolo convenció a las Moiras para que Admeto pudiera vivir si alguien moría en su lugar.
Admeto pensaba que sus ancianos padres morirían en su lugar, pero se negaron. Terminó muriendo la esposa de Admeto, Alcestis, por amor. Tánatos, dios de muerte, se lleva a Alcestis al inframundo y Admeto se da cuenta que, en realidad, no quiere seguir viviendo.
Más tarde Heracles de camino a uno de sus trabajos (las yeguas de Diomedes) entra en la tumba de Alcestis, lucha con Tanatos, libera a Alcestis y lleva de nuevo con los mortales.
En el noveno mes de gestación, cuando un bebé estaba a punto de nacer, se le invocaba a Cloto, ya que determinaba la esperanza de vida. Además, cuando un niño nace (en los tres primeros días de vida), se le aparecen las Moiras y determinan su destino.
Por último, la polilla más famosa del cine (la Acherontia atropos), toma su nombre de la Moira Átropos.