Hablar de perros en la mitología griega es hablar de Lélape (o Laelaps). El perro que siempre atrapa a su presa. Casi siempre que veamos un perro en alguna obra de arte sobre mitología griega, es muy posible que se Lélape
Antes de presentar a nuestro protagonista hay que hablar de Europa. Europa era una mujer fenicia de la que Zeus se encapricho (como tantas otras). Zeus se transforma en un toro blanco, la secuestra y se la lleva a Creta
Allí tienen 3 hijos: Minos, Radamantis y Sarperón.
Zeus se termina cansando de Europa y la abandona. Pero antes le da 3 regalos:
Una jabalina que nunca falla el tiro
Un hombre de bronce: Talos, protector de Creta (sale en la peli de Jason y los Argonautas)
Y Lélape: El perro que siempre captura a su presa
Europa termina muriendo (era humana) y tanto su reino (Creta) como los regalos de Zeus van pasando a sus herederos. Lélape llega a manos de Minos II (nieto de Minos, uno de los hijos de Europa)
El rey Minos tenía una esposa llamada Pasífae que era muy celosa (con motivos)
Tanto que, cansada de las infidelidades de Minos le lanza una maldición.
Le maldice haciendo que eyacule serpientes y escorpiones venenosos para matar a sus amantes (chungo, ¿no?)
Polcris cura a Minos de su maldición y este le regala la jabalina y a Lélape (La primera imagen del hilo representa la muerte de Polcris). Así Lélape va pasando de mano en mano.
Pasa el tiempo y en estas que los dioses, para castigar a la ciudad de Tebas por lo que sea (unas movidas con Dionisio), envían al zorro de Teumessian. Un zorro devorador de hombres destinado a no ser atrapado nunca.
Da la casualidad que alguien por ahí tenía a Lélape y pusieron al perro a atrapar al zorro
Un zorro que nunca puede ser atrapado perseguido por un perro que siempre atrapa a su presa. ¿? Se produce una paradoja.
Zeus, que se da cuenta que la persecución puede continuar eternamente, interviene.
Primero los convierte en piedra pero termina convirtiéndolos en constelaciones para que continúen su persecución en el cielo por toda la eternidad.
Ahí surgen las constelaciones Canis Mayor (nuestro perro Lélape) y Canis Minor (el zorro de Teumessian). Están junto a la constelación de Orión