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Hay varios dioses de la muerte. Por un lado está Tánatos (hermano gemelo de Hipnos, dios del sueño) dios de la muerte sin violencia. Las diosas de la muerte violenta eran las Keres. Todos hijos de Nix, diosa primordial de la noche

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Cuando alguien muere lo primero que pasa es que Hermes, el mensajero, acompaña a su alma al Hades o inframundo. Hades era el dios del inframundo, que lo gobernaba junto a su esposa Perséfone (la mitad del año como vimos el hilo de Perséfone)

Los muertos tenían que cruzar el río pantanoso Aqueronte (también se dice que por el río Estigia) para llegar a su destino. Para eso tenían que pagar un óbolo (sexta parte de un dracma) al barquero Caronte.

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Por eso cuando alguien moría se le ponía una moneda bajo la lengua (a veces una en cada ojo) para que el difunto tuviera dinero para pagar a Caronte

Si alguien moría pobre o no se le podía dar sepultura decentemente vagaría cien años por la orilla del Aqueronte. Después de ese tiempo Caronte accedía a llevarle gratis.

El río Estigia era otro de los ríos del Inframundo, famoso por sus juramentos. Jurar bajo el nombre de Estigia era lo más sagrado y poderoso que se podía hacer. Romper ese juramento era algo muy peligroso.

La leyenda decía que el río Estigia volvía invulnerable la parte del cuerpo que se sumergía en el. Es donde Tetis bañó a su hijo Aquiles dejando el talón sin sumergir y convirtiéndolo en su único punto vulnerable.

Una vez cruzado el río tenía que pasar por la puerta del Hades. El guardián de la puerta era el perro de tres cabezas Cerbero. Al portero en el fútbol se le llama can-cerbero por este perro guardián de la puerta del Inframundo

Cerbero tenía dos misiones: Por un lado no permitía que ningún vivo entrara en el Inframundo (cosa, que salvo algún héroe, a nadie se le pasaba por la cabeza) y la mas importante: Que ningún muerto saliera.

Algún héroe consiguió engañar a Cerbero. Heracles incluso lo capturó (la última de sus 12 pruebas)

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Una vez dentro las almas llegaban a los prados Asfódelos. De ahí se las llevaba al juicio para ver donde terminan.

Los jueces eran tres reyes: Minos, Radamantis y Éaco (de Minos y Radamantis, hijos de Europa y Zeus, ya hablamos en el hilo de Lélape)

A diferencia del cristianismo donde o se va al cielo o se va al infierno, aquí hay tres posibles veredictos:

Si has sido malo (la traición era uno de los peores pecados) descendían al Tártaro donde sufrirás un tormento durante toda la eternidad. Se dice que si tiramos un yunque por una grieta tardaría 9 días en al Tártaro.

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Si no habías hecho nada muy malo pero tampoco nada heroico, te olvidabas de tu vida anterior (bebiendo agua del río Lete) y vagabas eternamente por los prados Asfódelos sin recordar nada. Sin tormentos pero nada apetecible

Si habías tenido una vida heroica o habías destacado en la guerra, entonces tu destino era el Elysium (los campos Elíseos) donde viviríamos una eternidad dichosa y feliz en campos verdes y floridos.

Los campos Elíseos tenían también una zona VIP destinada a héroes: La isla de los Bienaventurados.

La vida en la Grecia antigua no era sencilla. Es por esto que los hombres preferían jugársela en la guerra en alguna acción heroica y poder optar a una eternidad mejor en los campos Elíseos.

Pocos mortales han vuelto del Inframundo. Uno de ellos es Orfeo.

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Cuando muere Eurídice, la mujer de Orfeo (hijo de Apolo y de la musa Calíope), este baja al Inframundo a recuperarla. Su lira calmó a Cerbero y Perséfone, conmovida por su música, les permite volver a la tierra.