Hoy hablaremos de la influencia del arte griego en la historia del arte occidental, como ideal a seguir o como ideal del que alejarse. Dentro hilo.
Lo que ocurrió en el transcurso de unos pocos siglos en una zona pedregosa en la mitad del mediterráneo marcó la cultura occidental. Los antiguos griegos, con su búsqueda por la excelencia (areté), hicieron que el arte se transformara.
Las obras artísticas pasaron de ser unas obras en las que primaba la ley de la frontalidad y dónde todo era rígido y solemne, a una búsqueda de imitar la belleza de la naturaleza y un intento de encontrar la armonía y proporciones perfectas.
Venus de Willendorf (28000 - 25000 a. C.)
Tríada de Micerino (2.500 a.C.)
La Antigua Grecia termina oficialmente con la muerte de Cleopatra, la última gobernante griega, en el 31 a. C., y el testigo de la historia pasa a Roma. Roma abrazó la cultura griega haciéndola suya e incluso mejorándola.
Roma aportó innovaciones técnicas desconocidas en el periodo griego. Los griegos hacían sus edificios poniendo grandes piedras una encima de otra y con estructuras adinteladas, a la manera de las grandes estructuras ciclópeas micénicas.
Puerta de los leones (Micenas, época micénica)
Roma aporta el uso de la argamasa (hormigón romano), lo que permitía hacer muros de una manera más sencilla. Además de la cúpula también inventa algo característico en la arquitectura romana y una de las maneras más claras de diferenciar si una estructura es romana o griega: el arco de medio punto.
Cúpula del Panteón de Agripa
Acueducto de Segovia
En escultura las obras romanas hacen algo que no hacían los griegos: retratos. Las esculturas griegas no representaban a nadie en concreto. Eran rostros y figuras idealizadas, mientras que los artistas romanos representan a personas concretas con sus facciones reales.
Doríforo de Policleto (escultura griega)
Cesar Augusto (escultura romana)
En pintura no tenemos muchas muestras. De Grecia no queda prácticamente nada, pero sabemos, por los escritos, que pintaban y mucho. Desde pintura de caballete a grandes murales para los escenarios de teatro. Incluso ellos mismos decían que la pintura era de lo que más orgullos estaban.
Hades raptando a Perséfone (el fresco griego mejor conservado)
De la pintura romana nos han llegado más muestras, sobre todo “gracias” a la erupción del Vesubio que sepultó en cenizas muchas obras evitando que el contacto con la luz del sol las destruyera.
Frescos de Pompeya
Frescos de Pompeya
Estas obras sepultadas no eran las mejores, eran las obras que la gente tenía en sus casas. Tenemos que hacer un ejercicio de extrapolación para imaginarnos la pintura griega y romana.
El arte griego y el romano, a grandes rasgos, y aunque podríamos identificar diferentes períodos para el arte griego (arcaico, clásico y helenístico) y el romano (república, Augusto e imperial), …
… podemos meterlo todo dentro del mismo saco: el arte clásico, un arte que se centra en la búsqueda de la belleza, la armonía y las proporciones.
Roma no puede defender sus grandes fronteras y termina cayendo. Primero se parte en dos (Oriente y Occidente) y termina desmembrándose en numerosos reinos independientes, enfrentados entre si, que hunden a Europa en un periodo de involución denominado Edad Media.
En la Edad Media el poder económico pasa de manos del emperador romano al Papa y la iglesia cristiana pasa a ser el mecenas de los artistas.
Escena de la Natividad y la Anunciación de los Pastores (iglesia de Santa María de Cardet)
Se abandonan totalmente los ideales clásicos y el arte pasa de ser una búsqueda de la belleza, la armonía y las proporciones, a ser una herramienta para transmitir el mensaje del cristianismo.
Además Europa se ha resquebrajado y ya no es un único imperio con una buena red de carreteras donde los artistas podía moverse y aprender técnicas de otras partes del imperio. El arte se esquematiza y se produce una involución.
El objetivo no es la belleza, sino transmitir un mensaje. A los artistas les compensa más hacer más obras y más rápido, que menos obras con más calidad. A este periodo se le denomina Románico, un arte tremendamente didáctico en le que se abandonan todos los temas clásicos.
Pantocrátor (Iglesia de San Clemente de Tahull)
Siguiendo en la Edad Media llega el Gótico, un arte que sigue la estela del Románico. Sigue abandonado los ideales clásicos, pero crea unas figuras más realistas y elaboradas. Las imágenes cobran vida. Sigue siendo esquemático, pero usan unas posturas corporales más realistas.
Majestad de Duccio (La Catedral de Santa Maria del Asuncion)
Crucifixión (Simone Martini)
La Edad Media llega a su fin y el poder económico pasa a manos de familias nobles que pasan a ser los mecenas de los artistas. Esto hace que, sin abandonar el cristianismo, los artistas vuelvan la mirada los ideales de belleza, proporciones y armonía, produciéndose un renacer del arte clásico.
Es el Renacimiento donde los autores se centran en plasmar la belleza en su totalidad. Además, aparece la perspectiva y los escenarios se vuelven más realistas.
El nacimiento de Venus (Botticelli)
De todas formas, ese intento de plasmar la belleza en su totalidad les hace pintar todo lo que hay sin preocuparse de cosas como la iluminación. Las obras ahora parecen estar perfectamente iluminadas, lo que da una sensación de irrealidad. Lo importante es la belleza y la armonía.
La escuela de Atenas (Rafael)
Después de esto los artistas se empiezan a interesar por la luz y las sombras y abandonan un poco la idealización del renacimiento, pintando también figuras con posturas forzadas y escorzos. Llega el momento del arte Barroco.
Las meninas (Velazquez)
La joven de la perla (Vermeer)
Pintores como Velázquez experimentan con las luces y sombras, unidas al uso de la perspectiva para dar más dramatismo a la escena. No se centran solo en la belleza, sino que también pintan personajes grotescos.
El fumador (Joos van Craesbeeck)
David vendedor de Goliat (Caravaggio)
Después del Barroco se vuelve otra vez al ideal clásico y, además, de una manera extrema. Se abandonan las luces y las sombras y las posturas forzadas. Todo tiene que ser perfecto, como la visión idealizada que se tenía del mundo clásico. Es el momento del Neoclasicismo.
La muerte de Sócrates (Jacques-Louis David)
El rapto de las sabinas (Jacques-Louis David)
Esta época histórica coincide con el nacimiento de una nueva nación: los Estados Unidos, en donde se puede ver el arte neoclásico en muchas de sus primeras obras.
Fachada de la casa blanca (emulando un templo jónico griego)
Tras el neoclasicismo los artistas pasan el foco de atención a las emociones. Ya no solo pretenden plasmar la belleza y la armonía clásica, también quieren plasmar los sentimientos.
El caminante sobre el mar de nubes (Friedrich)
La libertad guiando al pueblo (Delacroix)
No es cuestión de pintar algo bello, sino pintar la emoción y el sentimiento. Es el momento del Romanticismo.
Saturno devorando a su hijo (Goya) Esto evoluciona también a mostrar momentos de la vida cotidiana. No solo personajes históricos o mitológicos. También personas anónimas con poses naturales haciendo cosas del día a día, sin necesidad de que sea algo épico. Estamos hablando del Realismo.
El vagón de tercera (Daumier)
Las espigadoras (Millet)
Ahora se produce una innovación técnica. Se popularizan los tubos de pintura. Antes los pintores tenían que preparar la pintura moliendo y mezclando materiales. La pintura generada se oxidaba muy rápido lo que les obligaba a pintar dentro de sus estudios.
Con los tubos de pintura podían salir al mundo, poner su caballete en cualquier lugar y pintar. Esto les hace experimentar con la luz. Pueden estudiar las diferencias de iluminación en un objeto en diferentes momentos del día. Nace el Impresionismo.
Baile en el Moulin de la Galette (Renoir)
Márgenes del Sena en Argenteuil (Manet)
El cuadro más famoso y el que da nombre a esta corriente artística es la impresión del sol naciente de Monet. En este cuadro se ve un bote de remos en un amanecer en un puerto industrial. No hay nada definido, pero se puede sentir la atmosfera.
Impresión del sol naciente (Monet)
Los pintores ya no trabajan para reyes ni papas como en el pasado. Pintan lo que quieren y experimentan cosas nuevas.
La noche estrellada (Vincent van Gogh)
Llega otro avance técnico que cambia el arte: la cámara de fotos. Ya no hace falta contratar a un pintor para inmortalizar a nadie. No hace falta posar durante horas, ahora en un segundo tenemos una imagen de ese preciso momento. Ya no es necesario plasmar la realidad.
Los pintores buscan otros retos y aparecen movimientos como el surrealismo, con Dalí como estandarte, y el cubismo, con un Picasso como máximo exponente.
La tentación de San Antonio (Dalí)
Gernika (Picasso)
La mímesis de la naturaleza, una naturaleza dónde estaba la perfección clásica y la belleza, da paso a estos movimientos que ya no tratan de reflejar el mundo como es sino de evocar diferentes cosas al mismo tiempo.
Movimientos artísticos que no tendrían cabida en la mente de un pintor griego, pero que siguen con la esencia del arte clásico de la búsqueda de la excelencia o areté.
Un arte clásico que surgió hace más de veinte siglos pero que ha estado presente siempre en la historia del arte. Bien como un ideal a seguir e imitar o bien como algo de lo que alejarse.
El mundo clásico siempre ha sido la referencia.