Griegos es el nombre que los romanos pusieron a los griegos. Ellos se llamaban a sí mismos helenos y el territorio donde se asentaron se denomina la Hélade. Hoy en día Grecia en griego es Ελλάδα (Elláda).
Los griegos habitaban un conjunto de ciudades estado independientes(no como lo fue Roma después), que tenían sus alianzas, disputas y demás.
De todas formas tenían en común una serie de cosas que los unían como eran: La religión, el idioma y una serie de celebraciones que compartían (como los famosos Juegos Olímpicos).
En el período clásico (del 499 al 323 a. C.). Dario I, rey persa, dominaba varias ciudades estado griegas en el mediterráneo oriental. Un día se produjo una serie de revueltas en estas ciudades.
Se generó un confederación militar de ciudades griegas contra el dominio Persa dando origen a la primera guerra médica (al imperio persa se le llamaba comúnmente imperio medo o Media).
Darío atacó Atenas con su flota desembarcando en la playa me Maratón (cerca de Atenas). Allí se libró una gran batalla donde las tropas griegas vencieron.
Siempre se ha vendido esta victoria como un triunfo de occidente sobre el invasor oriental pero algunos historiadores dicen que Darío solo quería escarmentar a los griegos por las sublevaciones.
Famosa es la anécdota del soldado griego que corrió los 40 km que separan Maratón de de Atenas para anunciar la victoria, muriendo tras ello y dando origen a lo que hoy conocemos como la maratón.
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Años más tarde el hijo de Darío, Jerjes, reanudó la guerra dando lugar a la segunda guerra médica. Jerjes fue con todo su ejercito contra Atenas. Los pueblos griegos se unieron (no todos), fundamentalmente Atenas y Esparta.
Los espartanos, comandados por Leónidas, mandaron un puñado de hombres para frenar el avance del ejercito Persa, consiguiendo contenerlos durante varios días en el paso de las Termópilas.
Las Termópilas era un pequeño estrecho que permitía contrarrestar en parte la de la diferencia de hombres (900 persas por cada espartano).
Finalmente Jerjes aplastó a Leónidas pero esos días que los espartanos aguantaros permitió a los Atenienses evacuar Atenas y reagrupar a sus tropas. Jerjes llegó a Atenas y la arrasó (lo que quedaba ya que había sido evacuada).
El ejercito de persa era muy superior en número pero los griegos tenían alguna baza a su favor. Por un lado su soldado: El Hoplita.
El Hoplita era un soldado moderno equipado con escudo (Hoplón), un casco, una lanza, una espada y una armadura de unos 25 kilos.
Los hoplitas eran hombres libres que se compraba su traje y lo adornaba según sus gustos (y dinero), por lo que la vestimenta del ejército griego no era uniforme.
También tenían una flota moderna formada for Trirremes, un avanzado barco de guerra muy potente equipado con tres filas de remos a cada lado y un espolón de bronce con el que embestían a sus enemigos.
Los atenienses, comandados por Temistocles, quisieron hacer algo similar a lo que Leónidas había hecho en las Termópilas. Pero Jerjes no era tonto. No caería 2 veces en el mismo error.
Temístocles le tendió una trampa. Mandó un emisario haciéndose pasar por desertor y le hizo creer a Jerjes que los griegos estaban divididos y le aconsejaba bloquear el estrecho de Salamina y aplastarlos.
Artemisia (una de los generales de Jerjes), le aconsejó esperar a que los griegos se rindieran y no atacar pero el resto de generales incitó a Jerjes a aplastarlos.
Jerjes, que venía de una victoria apabullante en las Termópilas, cae en la trampa y se dirige con toda su tropa a Salamina.
Cuando llega, donde esperaba encontrarse a una tropa dividida, se encuentra con un ejército de trirrenes inferiores en número pero perfectamente formados y listos para el combate.
Los trirrenes atenienses aplastan a la tropa Persa y Jerjes cae derrotado. El plan de Temístocles resultó ser un éxito (y gracias a que Jerjes no hizo caso a Artemisia).
Si los persas hubiesen vencido en Salamina la civilización griega hubiera desaparecido y los persas hubieran conquistado el Hélade.
Nuestra cultura se cimienta sobre las raíces griegas (y posteriormente romanas). Sin el plan de Temístocles todo hubiera sido diferente.
No sé si hoy seríamos mejores o peores, pero lo que es seguro es que seríamos diferentes.