En otro hilo hablamos de la lucha entre el titán Cronos contra su hijo y sus hermanos conocida como la Titanomaquia, donde Zeus se alzó como dios supremo y estableció su sede en el monte Olimpo.
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Tras esta gran batalla algunos hijos de Gea no estaban contentos con el triunfo de Zeus sobre sus hermanos los titanes, como pasó con el monstruo Tifón, del que también hablamos en otro hilo (que fue posterior a la Gigantomaquia)
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La principal causa del enfado, sobre todo el la madre tierra Gea, fue que Zeus encerró a los Titanes en el Tártaro. Es por esto que Gea engendró a los Gigantes, una raza caracterizada por su fuerza y agresividad.
Los dioses olímpicos tenían un problema. Un problema que venía de un oráculo. El oráculo había dicho que ningún gigante podía ser matado por un dios. Solo los podrían vencer si un mortal luchaba a su lado.
Zeus tiró de comodín y llamó a su hijo más poderoso. El héroe Heracles, del que hablamos en otro hilo.
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Pero tenían otro problema. Gea creó un brebaje que impedía que los Gigantes pudieran morir a manos de un mortal. La jugada perfecta, o casi.
Zeus impidió que Helios (personificación del sol), Selene (la luna) y Eos (la aurora que anunciaba a su hermano Helios) brillasen, impidiendo de esta forma que la planta base de la poción de Hera floreciese.
La batalla fue en los campos Flégreos (al norte de Nápoles). La primera batalla fue entre Heracles y el gigante Alcioneo. Heracles lo atravesó con sus flechas (que encima estaban impregnadas con la sangre de la hidra de Lerma). Lo mataba pero volvía a la vida.
Atenea ayudó a Heracles desvelando el secreto de la inmortalidad de Alcioneo. Era inmortal siempre que estuviera en su tierra de origen. Heracles lo arrastró fuera de su tierra y lo mató.
Cada gigante fue creado como contrapunto a un dios. Como emparejamientos de batalla. Una especie de Mortal Kombat entre gigantes y dioses (ayudados por mortales)
La batalla continuó. Zeus lanzando rayos, un gigante intentando violar a Hera, Apolo y Heracles cargándose a otro gigante lanzándolo cada uno una flecha en cada ojo, Hefesto sepultado a otro gigante bajo metal fundido, …
Atenea lanzando la isla de Sicilia entera sobre otro Gigante y Hades (dios del inframundo), junto con Perséfone, sobre sendos carros liderando un ejercito de muertos contra los gigantes. En fin una batalla épica.
Los dioses terminaron venciendo a los Gigantes y Heracles los remató a todos con sus flechas empapadas con el veneno de la Hidra de Lerma (menos a los que tenían una isla entera encima y no podía llegar con sus flechas)
Tanto la Titanomaquia como la Gigantomaquia son alegorías de lucha por el poder, solo que en esta los hombres también tienen un papel crucial. Las luchas por el poder ya no son solo cosa de dioses.