Si miramos cualquier árbol genealógico de la mitología griega veremos que en el origen de todo está Caos.
De todas formas Hesíodo en su Teogonía (obra poética que marca el canon “oficial” de los orígenes de los dioses griegos) nunca dice que Caos fue el primero. Hesíodo habla de cuatro deidades primigenias o primordiales: Caos, Eros, Tártaro y Gea.
Caos simboliza el estado del cosmos antes que existiera nada. Es por esto que se le presupone que todo viene de él. Aunque la palabra Caos en griego es un sustantivo neutro en algunos relatos se le representa como deidad masculina y en otros como femenina.
Por cierto, en castellano caos es sinónimo de desorden. La deidad Caos no tiene nada que ver con esto. Tiene que ver con el “vacío que ocupa un hueco”
Los hijos más importantes de de Caos serían: Nix (la noche), Érebo (la oscuridad), Aclis (las tinieblas) y su nietos: Éter (la claridad) y Hemera (el día). Por lo que podemos decir que de Caos surgen el día, la noche, la oscuridad y la claridad.
De Eros ya hablamos en otro hilo. Tártaro da nombre a la región más profunda del mundo, bajo el Hades (inframundo). Hesíodo asegura que si tiras un yunque de bronce desde el cielo tardaría nueve días en llegar a la tierra y nueve días más en llegar la Tártaro.
Por último nos queda Gea, o Gaia (la del amplio pecho). La diosa madre personifica la tierra (diosa primordial ctónica, ya que pertenece a la tierra). Es la diosa primigenia más importante y de ella (y de sus descendientes) nacen casi todos los dioses griegos.
Gea concibe ella sola a Urano (dios del cielo y el firmamento) y se casa con él. Urano da nombre al primer planeta descubierto por un telescopio. Es el único planeta con nombre de dios griego. Todos los demás tienen nombre de la copia romana de los dioses.
Gea y Urano tienen muchos hijos. Conciben primero a los Cíclopes (Brontes, Estéropes y Arges). Los Cíclopes, gigantes de un solo ojo y expertos artesanos, forjaron las armas con las que Zeus y sus hermanos, tiempo después, vencen a los titanes.
También conciben a los Hecatónquinos (tres también), gigantes con cien brazos y cincuenta cabezas. Y a los 12 Titanes. 6 Titanes: Crono, Océano, Ceo, Crío, Hiperión, Jápeto y 6 Titanes: Febe, Mnemosine, Rea, Temis, Tetis y Tea.
Urano era muy peculiar. No puede soportar a sus hijos, los Cíclopes y los Hecatónquiros, porque son muy feos y los encierra en el Tártaro. También se da cuenta que los titanes, son muy poderosos y le pueden quitar su poder, por lo que los encierra también en Tártaro.
Gea, por lo que sea (Urano está encerrando a todos sus hijos en el Tártaro), se mosquea y intenta convencer a los titanes para que acaben con Urano. Solo Cronos, el más joven, le hace caso. No confundir Cronos con Chronos (la personificación del tiempo)
Cronos, armado con una hoz de Adamanto (que no Adamantium, que es el material del que están hechas las garras y el esqueleto de Lobezno) se dispone a acabar con su padre. El concepto de hijo que termina con su padre es algo recurrente en la mitología griega.
Cronos se acerca Urano, que se encontraba plácidamente dormido en una nube, y con su hoz le corta sus genitales y los tira al mar. Del mar surge una espuma y de esa espuma surge Afrodita (ya hablamos de esto en un hilo).
Además de Afrodita, de la sangre de Urano que cae en la tierra (recordemos de Gea es la diosa madre tierra), nacen los Gigantes, las Melíades y las Erinias (personificación de la venganza, conocidas como las Furias en la mitología romana)
Cronos se casa con su hermana, la titánide Rea, y sube al trono como rey de los dioses. El reinado de Cronos se conoce como la edad dorara de la humanidad (las edades del hombre se merecen otro hilo).
La descendencia de Cronos también es muy importante y hablaremos de ello en algún otro hilo (spoiler: Zeus era hijo de Cronos)