Sir Arthur Evans nace en Nash Mills (Inglaterra) en el 1851 dentro de una familia acomodada. Su padre era un anticuario y su abuelo y profesor de Historia y lengua clásica.
Estudia en Oxford y Gotinga aunque nunca fue un brillante estudiante. Fundamentalmente por su miopía añadido a que nunca quiso llevar gafas. Dado su problema de visión siempre llevaba su famoso bastón, Prodger, que usaba como un tercer brazo.
De todas formas su deficiencia visual le proporciona una ventaja. Sus ojos se convierten en unas potentes lupas cuando mira de muy cerca las cosas, lo que le facilitó el estudio de monedas y sellos.
Se casa con la hija de un profesor de Historia. Su mujer, Margaret, se convierte en su inseparable compañera de viajes y aficiones. Margaret muere en uno de estos viajes cuando tenían unos 40 años a causa de la tuberculosis. Evans no se volvió a casar.
Al morir su esposa, Evans, viaja a Atenas y se empieza a interesar por una serie de sellos con unos extraños signos que enseguida consideró como un sistema de escritura. Llego a establecer incluso una clasificación de estos aunque nunca consiguió descifrarlos.
Le llamaban también la atención unas piedras llamadas galópetres (piedras de leche). Eran una especie de amuleto asociado a la lactancia que portaban algunas mujeres. Adquiere todas las que puede a pesar de la resistencia de sus propietarias a vendérselas, incluso cuando Evans les pagaba bien por sus amuletos.
Adquiere unos terrenos en el norte de Creta para iniciar unas excavaciones pero los violentos conflictos entre Turquía y Creta en el 1896 hacen que Evans tenga que regresar a Inglaterra. Regresa en 1899 y comienza con las excavaciones.
Empieza a descubrir miles de tablillas escritas y muchos restos arquitectónicos. Teniendo en cuenta la importancia de los restos hallados enseguida piensa que había encontrado los restos de un gran palacio. Había descubierto el palacio de Cnosos.
Dado que en textos griegos antiguos se menciona a un gran rey en Creta llamado Minos pensó que había descubierto el palacio del rey. Se trataba de un gran edifico de 4 plantas en torno a un patio central. Se llegaron a contar unas mil habitaciones y se calcula que en su interior vivían unas 10k personas.
Los restos eran diferentes y anteriores a los que Schliemann (otro arqueólogo, descubridor de Micenas y Troya, que se merece otro hilo) había descubierto en Micenas. Esto hace entender a Evans que sen encontraba una civilización anterior a la micénica y que denominó minoica, en honor al rey Minos.
No era el primer asentamiento de la edad del bronce que se descubría pero quizás sí el más impresionante. Con un avanzado sistema de canalización de aguas y otras cosas que no se habían visto con esa magnitud en esos yacimientos.
La consolidación de las ruinas se convierte en su obsesión. Renuncia a todo tipo de ayuda oficial y asume personalmente todo gasto de la excavación, que se convierte en su vida. Se construye una casa junto al palacio a la que llama “villa Ariadna”, en honor a la princesa cretense, hija de Minos, que ayudó a Teseo contra el minotauro en Creta.
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Tras interrumpir las excavaciones durante un año por la guerra mundial continúa con la reconstrucción. Encuentra entonces una serie de muros en muy mal estado y muy frágiles.
Originalmente se sustentaban con vigas de madera de ciprés, un árbol muy abundante en la antigüedad en Creta. Quiso sustituir las vigas por otras de pino pero se da cuenta que el clima seco de la isla de Creta no es bueno para el pino.
Es entonces cuando toma una controvertida y muy criticada decisión. Coloca un soporte de hierro y utiliza hormigón en la reconstrucción. Este acto hace que se le acuse de haber creado una falsa arquitectura e inventarse un palacio.
A pesar de todo, Evans trató de ser lo más fiel posible al original, tomando como modelo los elementos arquitectónicos que aparecían en los restos y en las pinturas.
Con los restos de los frescos encontrados hizo también algo que muy muy criticado y controvertido. Contrató a uno pintores para que, a partir de unos muy escasos en ocasiones restos, reconstruyeran los frescos.
Evans muere el 11 de julio de 1941 en Inglaterra a los 90 años. Totalmente arruinado por sus trabajos en Cnosos pero satisfecho por su labor y a pesar de las críticas recibidas.
Los métodos usados por Evans hoy en día están prohibidos por la comunidad. Las duras críticas recibidas (totalmente merecidas) a su trabajo no le quitan la gran contribución que significa la figura de Evans.
Gracias a su trabajo podemos hacernos una idea de como fueron esos grandes conjuntos arquitectónicos (quizás mal llamados palacios) de la edad del bronce en Creta.
Quizás creo una realidad inventada a pesar de intentar ser lo más fiel posible a la realidad. Quizás los frescos minoicos que vemos hoy a partir de unos pequeños fragmentos son una invención de Evans pero… son tan bonitos.