Empédocles nace en Agrigento en el 490 a. C., una ciudad de la Magna Grecia (hoy Sicilia). Solo se conservan 2 obras aunque probablemente escribiera más: Las purificaciones y un poema llamado “sobre la naturaleza”.
La zona de la Magna Grecia era, en la época, una zona más tranquila que la zona de Anatolia (Asia Menor), una zona en constante conflicto con el mundo persa y mucho más inestable.
De todas formas el contexto histórico de toda Grecia estaba muy relacionado con la guerra. Los griegos de la época nacían para la guerra.
Es muy común no tener información concreta sobre los filósofos presocráticos. No nos han llegado muchas obras y de las que nos han llegado solo tenemos fragmentos.
Casi todo lo que sabemos de ellos son referencias que tenemos de otros autores, especialmente de Aristóteles. Fue este el que hizo un estudio de estos pensadores y puso los nombres a los términos que hoy conocemos.
Fue Aristóteles el que puso el nombre al Arché, u origen de todas las cosas, cuya búsqueda es el nexo de unión de todos los presocráticos.
De Aristóteles también es la distinción entre filósofos monistas (un único Arché) o pluralistas (un Arché múltiple). Incluso el término de “presocrático” es un término que establece Aristóteles.
Dado que Aristóteles hay veces que critica duramente a los presocráticos es posible que su relato sobre estos esté sesgado de una manera partidista para escribir la historia de la filosofía como un camino culmina con su metafísica.
En las obras de Empédocles se incluyen elementos pertenecientes a la mitología, probablemente con el fin de que su vocabulario fuese familiar a la gente y sus pensamientos llegaran más a la población.
Empédocles toma de Parménides la existencia del no-ser y la inmutabilidad del ser. De Heráclito la existencia del cambio.
Era normal partir de estos dos filósofos con pensamientos aparentemente opuestos pero difíciles de rebatir. Es difícil negar la frase de Parménides de “El ser es y es imposible que no sea” y de que todo cambia, de Heráclito.
Empédocles define su Arché como cuatro raices. Cada una de ellas asociada a una divinidad: El fuego (Zeus), el aire (Hera), el agua (Nestis) y la tierra (Hades). Cada una de esta raíces ya había sido usada como Arché por otros filósofos anteriores.
Dado que no es posible que algo surja de la nada, ni de ir hacia ella (de la nada, nada sale), la realidad para Empédocles tiene que venir de una combinación de múltiples orígenes (sus cuatro raíces, que posteriormente Aristóteles los denomina “elementos”).
Según Empédocles todo elemento de la realidad esta formando por esos cuatro elementos. No niega el movimiento como Parménides. Dice que para que exista movimiento, y los elementos se agrupen, tiene que existir una fuerza externa.
Concretamente 2 fuerzas externas: El amor (para unir) y el odio (para separar). Estas dos fuerzas no están relacionadas con ninguna divinidad.
Empédocles define 2 estados. Uno donde todos los elementos están unidos y en armonía, llamado Shpairos o Esfero. Este estado es homogéneo y esférico (recordemos que los griegos asociaban la esfera a la perfección).
Este estado comparte cualidades con el ser de Parménides (que también es esférico).
Luego, por acción del odio, los elementos se separan hasta llegar a un estado denominado Acosmia, donde los elementos se encuentran totalmente separados formando círculos concéntricos.
Posteriormente, por acción del amor, los elementos se vuelven a unir para volver al estado inicial del Esfero.
El mundo tiene entonces un doble orígen (el Esfero y la Acosmia) y representa un viaje de ida y vuelta eterno regido por el amor y el odio.
Este viaje de ida y vuelta está muy presente en el mundo Heleno ya desde tiempos de Homero, con el viaje a Troya y el posterior regreso de Odiseo a Ítaca en la Odisea.
A Empédocles se le considera un filósofo pluralista ya que entendemos que su Arché son los cuatro elementos. Aunque si consideramos el Esfero como su Arché y que los elementos surgen de este tendríamos que decir que es monista
Para Empédocles todos los seres vivos están formados por los mismos elementos. Las diferencias entre unos y otros solo son cuestión del grado de separación de los elementos, no de su esencia.
El ver a todos los seres vivos como iguales hace de Empédocles unos de los precursores del ecologismo.
Esta visión de la vida donde el amor es una de las fuerzas que mueve el mundo rompe un poco con la cultura agonística predominante en la época (recordemos el contexto histórico de la época de una constante guerra)
Empédocles además de su faceta de filósofo era un influyente político y reconocido adivino. Hoy en día asociamos el término de adivino a algo muy diferente a lo que lo entendían en la Antigua Grecia.
En la época no preguntaban a los adivinos u oráculos por el futuro. Lo que hacían era pedir consejos sobre que hacer en el futuro.
La figura del adivino era más la de un asesor o consejero y era muy apreciada. Los grandes adivinos eran unas personas muy influyentes, como era el caso de Empédocles.
Los seguidores de Empédocles lo veían como una especie de divinidad e incluso comentan que en su muerte un halo de luz lo elevó a los cielos.
Las gentes influyentes también tenían sus detractores que también expandieron el mito que un día, creyéndose una divinidad, subió al monte Etna y se lanzó al volcán para fundirse con la tierra. Dicen que posteriormente el volcán escupió una sandalia.
El pensamiento de Empédocles ha sido enormemente influyente a lo largo de historia su modelo de 4 elementos estuvo vigente hasta la llegada de la ciencia moderna.