Aristóteles nace en Estagira una ciudad perteneciente a la provincia de Macedonia en el 384 a. C. No fue solo un filósofo. Sus estudios además abarcan la política, las artes, la retórica, la física, la geología, la botánica, la astronomía, entre otras.

Su obra más importante fue “La Metafísica”, que ha sido una gran influencia en el pensamiento de la humanidad. No solo al mundo occidental sino también en el oriental.

Durante la edad media se da un periodo de decadencia y oscurantismo y la filosofía y el pensamiento clásico desaparecen de occidente. Sin embargo este periodo coincide con el auge el Islam, que trata de aglutinar todo el saber universal …

conservando y estudiando las obras clásicas que si no hubiera sido por esto hubieran desaparecido. Filósofos islámicos como Averroes (Córdova, 1126- 1198) fueron unos grandes estudiosos de Aristóteles.

El padre de Aristóteles era medico y amigo de Filipo II de Macedonia (padre de Alejandro Magno). Filipo encarga a Aristóteles la educación de su hijo Alejandro (y de algún otro futuro rey como Ptolomeo).

Tras dos años formando a Alejandro, Aristóteles viaja a Atenas donde funda su escuela “El Liceo” (competencia directa a la Academia de Platón en la que el mismo había estudiado durante 20 años.)

Aristóteles era discípulo de Platón. La visión especulativa y centrada en las ideas de Platón donde nuestro mundo es una copia imperfecta de la realidad difiere la forma de pensar de Aristóteles que quiere explicar la realidad pero sin desprenderse de los sentidos.

En el cuadro “La escuela de Atenas” se puede ver a Platón y Aristóteles en el centro. Platón señalando al cielo (simbolizando que saber se encuentra en una esfera superior con las ideas) y Aristóteles al suelo simbolizando su interés por el mundo material y los sentidos.

Tras la muerte de Alejandro aflora un sentimiento anti macedonio en Atenas y Aristóteles tiene que abandonar la cuidad para no terminar como Sócrates (condenado a muerte por impiedad y corrupción de menores).

Aquí deja su famosa frase: “Me voy. No permitiré que pequéis por segunda vez contra la filosofía”

Los anteriores filósofos, a los que Aristóteles denominó presocráticos, se habían centrado en la búsqueda del origen de las cosas. Lo que él denominó “el Arché” y se habían topado, sobre todo después de Parménides, con el dilema del ser, el cambio y el devenir.

“Lo que es, es”. La realidad es, pero nuestra experiencia y nuestros sentidos nos dicen que las cosas cambian. Si la realidad cambia, es decir si ahora es una cosa y luego otra y luego otra ¿Qué es la realidad?

Aristóteles piensa que la filosofía no puede renegar lo que nos muestran los sentidos. Ser y devenir no pueden ser antagonistas. La palabra “ser” puede ser un poco ambigua. La usamos para referirnos a cosas distintas.

Un árbol puede tener distintas cualidades (colores, tamaños, …) pero siempre es un árbol. El ser nunca cambia. El ser son las cosas que son. Objetos particulares (este árbol, esta silla, …). Aristóteles denomina a esto “substancia”.

La substancia sería algo así como el sujeto de la frase: “El coche es rojo”. La substancia es “el coche” y lo seguirá siendo aunque sea de otro color. Rojo define la esencia del coche. El ser son las cosas que nos rodean.

Define también el concepto de la no contradicción mediante el cual una negación y su afirmación no pueden ser verdaderas en el mismo sentido. No puedo estar vivo y muerto a la vez.

Tenemos también la materia. La materia no tiene forma. Es lo de lo que se componen las cosas. Luego está la forma que es la información que contiene un ser y le da a ese ser su esencia. Pero: ¿Cómo es posible que las cosas sean y cambien a la vez?

Yo puedo sufrir cambios accidentales (me cambio de ropa, peinado, …) pero mi esencia se mantiene. Estos cambios no afectan a mi substancia. Sigo siendo yo.

Pero todos los cambios no son accidentales. La substancia no es eterna. La substancia cambia cuando existe y deja de existir. Aristóteles denomina a esto generación (nacimiento) y corrupción (muerte). Todos los cambios que se producen entre estos dos cambios son accidentales.

Además el cambio no es arbitrario. Las cosas no pueden cambiar a cualquier cosa. Las cosas son el acto lo que son y en potencia lo que pueden llegar a ser. La esencia de las cosas define lo que las cosas pueden llegar a ser en potencia.

Una semilla de una planta es en acto una semilla y en potencia una planta. Ahora no es en acto una planta pero puede llegar a serlo (lo es en potencia) o no. Quizás nunca termine siendo una planta porque se la coma un pájaro.

Pero en potencia no puede ser cualquier cosa. La semilla no es en potencia un gato. Nunca lo llegará a ser. Hay un orden

Pero en potencia no puede ser cualquier cosa. La semilla no es en potencia un gato. Nunca lo llegará a ser. Hay un orden.

Compartimos la materia con los distintos seres vivos pero la forma, lo que nos define como somos, es lo que nos hace humanos. Para Platón lo que nos hace humanos son las ideas. Algo externo. Para Aristóteles lo que nos define como humanos es algo que está dentro de nosotros.

Para Aristóteles no hay conflicto ente el ser y el devenir pero ¿Porqué cambian las cosas? ¿Por que no permanecen estáticas? Aristóteles define cuatro causas que explican esto:

Está la causa material. Es la materia de la que están hechas las cosas. En una estatua la causa material sería el material del que está hecha la estatua (por ejemplo el mármol).

Luego está la causa eficiente. Es el agente que hace y da forma a la materia. En una escultura es el artista.

Está también la causa formal. En el ejemplo de la estatua esta causa sería la idea de estatua que el artista tenía en la cabeza antes de empezar. Es la figura en la que se va a convertir nuestro objeto.

Por último tenemos la causa final. En griego tienen una palabra para esto: El telos (aka el punto final de algo cuando alcanza la madurez). Representa la función o el propósito del cambio.

La estatua que estamos construyendo puede estar destinada a permanecer oculta en una sala o puede estar destinada a ser expuesta en un templo y recibir ofrendas a la vista de todos. Las cosas tienen una función. Saber la función de algo es imprescindible para conocerlo.

Pasar del logos (teoría) al telos (fin) representa lo que Aristóteles denomina teleología, donde todo tiene un fin en el universo, frente a la visión mecanicista de otros filósofos en la que el mundo es una máquina que funciona sin tener una finalidad en concreto.

“No hay nada en el intelecto que antes no haya pasado por los sentidos”

Aristóteles pensaba que todo lo que está en movimiento es movido por algo pero ¿cómo es que hay cosas que continúan en movimiento cuando la causa del movimiento ya no está en contacto con el objeto? (por ejemplo un proyectil).

Para responder a esto usaba el concepto de antiperistasis, que viene a significar que el aire desplazado por la punta objeto en movimiento (en este caso el proyectil) se mueve en el vacío parcial temporal en su estela y lo impulsa hacia adelante.

También decía en sus leyes de la dinámica que la velocidad de un cuerpo que cae es directamente proporcional a su peso, de modo que un objeto pesado cae más rápido que uno ligero.

Estas dos teorías se han demostrado erróneas pero estuvieron vigentes hasta finales del siglo XVII sustituidas por la dinámica de Newton.

Aristóteles define el concepto de primer motor (también conocido como motor primario o motor inmóvil). Es el origen primigenio de todo movimiento. Es un motor que no se mueve. Solo es poder intelectual. Como decía Aristóteles es “pensamiento de pensamiento”.

Es un concepto que se podía asemejar al concepto de Dios, aunque un concepto diferente a al concepto de Dios de todas las religiones actuales. Este primer motor no tiene interés en nuestro día a día.

No podemos influirle. Esto deriva a que los hombres tiene que crear su propia moral. No nos da la vida después de la muerte y somos nosotros responsables de darnos nuestras propias reglas.

Respecto a la cosmología de Aristóteles, este define el universo como una serie de esferas en cuyo centro está la tierra y sobre las que orbitan, en órbitas circulares (para los griegos el movimiento circular es el movimiento perfecto).

Define dos zonas importantes: Lo que hay dentro de la órbita de la luna y lo que hay fuera. Lo de dentro lo denomina mundo sublunar y dentro de este mundo todo se rige con la generación y corrupción.

Todo nace y muere y está compuesto por los 4 elementos primordiales (tierra, aire, agua y fuego). Estos cuatro elementos de los que ya hablo Empedocles. El mundo exterior lo denomina mundo supralunar.

https://twitter.com/gonzalo123/status/1447195702908555275

Es el mundo de la perfección y no está formado por los cuatro elementos ni sigue las leyes de generación y corrupción. Aquí aparece el quinto elemento, la quintaesencia o también llamado el Éter, que ni se muere ni nace.

Aristóteles ha sido, posiblemente, el filósofo que más ha influido en nuestro pensamiento. Muchas cosas e ideas que nos rodean parten de conceptos que Aristóteles estudió en el siglo V a. C.

Muchas de las cosas que decía están tan dentro de nuestra cultura que nos parecen obviedades. Fue una persona enormemente polifacética y sus apartaciones a todas las ramas del saber a las que aportó innumerables.

Algunas, como sus leyes de la dinámica, fueron rebatidas siglos después pero permanecieron vigentes todos esos años.