Anaxágoras nace en Clazómenas en el 500 a. C. Clazómenas es una ciudad jonia situada en Anatolia (Asia menor). Era una ciudad fundada por refugiados de la cercana Mileto.

Esto es importante para entender el pensamiento de Anaxágoras ya que este bebe de la escuela de Mileto con sus filósofos de la physis (naturaleza) preocupados por los fenómenos físicos.

Tras las inestabilidades políticas en la zona de Asia Menor con los persas, Anaxágoras se desplaza a Atenas. En esta polis se establece como profesor y entre sus alumnos se encuentra el mismísimo Pericles y su segunda mujer Aspasia.

Anaxágoras ejerció también como asesor tanto en asuntos políticos como filosóficos de Pericles por los que su influencia en la polis fue enorme.

Es considerado junto con Empedocles un filósofo pluralista ya que veía el origen de las cosas (el Arché) no solo como un único elemento sino como una pluralidad.

Está claro que después de la ontología (estudio del ser) de Parménides ya no es posible establecer el Arché como una única cosa. Si queremos experimentar la multiplicidad tenemos que partir de la multiplicidad. El ser es eterno e indivisible.

Un día se le alguien le preguntó: “¿Para qué has nacido?” y él le respondió: “Para contemplar el cielo y el orden de las cosas”

Gozó de gran reputación como matemático, astrónomo y como físico. Se le atribuyen varas obras pero solo nos han llegado fragmentos de una titulada “Sobre la naturaleza”.

Parte de la tesis de la existencia del cambio de Heráclito y de la imposibilidad del no-ser de Parménides. Nada nace ni perece en el universo. Solo hay un acercamiento y separación de las cosas que existen. El nacimiento y la muerte son pues procesos de mezcla y disgregación.

Para Anaxágoras el Arché no puede ser un único elemento. Tienen que ser varios, pero no se limita a los 4 elementos de Empédocles. La realidad tiene que ser más compleja.

Es ser es imperecedero e inmutable. Nacer y morir no es más que una mezcla de elementos que siempre han existido, que se juntan y separan, pero siempre han estado ahí.

“En el principio todas las cosas estaban juntas”

La palabra “cosa” (en griego “cremá”) es un tanto ambigua (tanto en griego antiguo como en castellano). Anaxágoras no deja claro que cosa es la más elemental.

Si de la nada nada sale y el ser es eterno ¿Cómo es posible que si un niño come pan esto se convierta en pelo, uñas y dientes?

Si los elementos que componen el pan pasan a convertirse en pelo y uñas quiere decir que el pan tiene que estar formado, en cierta medida, de estos elementos. “Todo está en todo”

Anaxágoras denomina a estos elementos semillas (espermata) y determina que hay tantos elementos como cualidades existen en la naturaleza. Son infinitos y eternos, como el ser de Parménides.

Dada que estas semillas han existido siempre el problema para Anaxágoras esta en explicar como se crean las cosas a partir de estas semillas. Las semillas son diminutas y las podemos dividir tanto como queramos y sus partes seguirán conservando sus propiedades.

Anaxágoras, a diferencia de Zenón, dice que no hay un límite a la hora de dividir a la materia. Aristóteles, posteriormente denomina a estas semillas “homeomerías”, palabra que viene de “homeros” que quiere decir similar.

Pero entonces, si las semillas han existido siempre ¿cómo es que se juntan para determinar nuestra realidad?

Para explicar esto Anaxágoras introduce el concepto del Nous. Nous en griego significa intelecto.

“En todo hay parte de todo, excepto el intelecto”. Gracias al Nous lo cálido se separa de lo frío, la luz de la oscuridad, lo pesado de lo ligero, …

Es esta inteligencia la que separa los opuestos, a diferencia de la confrontación entre el amor y la discordia como fuente de creación que defendía Empédocles.

El Nous organiza el caos original de las semillas y genera un cosmos (en griego cosmos significa orden)

Según Anaxágoras el Nous es un principio inteligente. Es homogéneo, aislado y vinculado al mundo vivo. Es el encargado de unir las partículas de una forma ordenada y no gracias al azar.

De la acción de Nous surge el universo, la tierra, las estrellas y los planetas. También decía que el sol ilumina la luna: “El sol presta su brillo a la luna”.

Estas afirmaciones, junto a sus deducciones (al observar casualmente un meteorito) de que el Sol y la Luna no eran entes divinos le valieron una acusación de impiedad y le hicieron exiliarse de Atenas.

El Nous de Anaxágoras fue retomado posteriormente por Platón con su definición de Demiurgo como inteligencia ordenadora, cosa que Aristóteles criticó.

Como vemos la idea de un mundo regido por una mente, intelecto o razón, que da orden al caos no es algo nuevo. Es ser humano lleva dando vueltas a estas ideas desde hace muchos siglos